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Trabajar y participar en una integración REAL

Existen multidud de maneras y caminos para integrarse, a través de la cultura, de la religión, del deporte, de la educación, etc, etc.

Evidentemente, en un país monoparlante, el principal vehículo de integración es el idioma, pero, en el caso de Catalunya, al menos para la gran mayoría de quienes decidimos venir aquí, por motivos prácticos, lógicos y de sentido puramente común, elegimos el idioma oficial del país del cual Catalunya forma parte.

A una parte de la población catalana le parece imperativo y hasta imprescindible que los inmigrantes, como primer paso, aprendamos su lengua, llegando a poner por delante de cualquier otro camino el hablar catalán. Personalmente, mi llegada a esta comarca se produce hace 6 años atrás, y al cabo de menos de un mes ya me anoté a un curso de catalán que se hacía en la parroquia y lo promovían entre otros, el padre Uriel y Joan Montañés.

Algo, yo diría bastante, aprendí, de hecho, cada día aprendo algo más y cada día, a la mínima oportunidad, lo hablo, pero no considero vital para estar integrado, el hablar catalán, máxime teniendo en cuenta que el catalán es usado más que nada en las poblaciones de comarcas alejadas del área metropolitana pero no así en las capitales de provincia y menos aún en la propia Barcelona.

Contrariamente a lo que sucede en las comarcas, en Barcelona,Girona o Lleida, la prensa gratuita está publicada íntegramente en castellano, ante tamaño ejemplo ¿cómo podemos tomar como principal vehículo de integración una lengua que en sus capitales es la segunda opción?. El deporte suele ser una buena cantera de oportunidades de cara a la integración, lo mismo que la cultura, en sus más diversas áreas, música, teatro, etc, o en las tradiciones e incluso en la gastronomía.

Pero; ¿de verdad están preparados los catalanes para aceptar desde el corazón que los inmigrantes se integren? ¿en la comarca de la Cerdanya cuantas iniciativas existen de cara a la integración? y digo INTEGRACIÓN no hacer caja en nombre de la inmigración.

Para mí la integración significa implicarse en la vida diaria de la tierra en donde se vive, participar en todo lo que ello significa, desde la convivencia diaria a la educación de nuesros hijos, los problemas de la comunidad, el diario devenir de la vida política y sus consecuencias directas, sobre todo por que debemos saber qué y adónde van a parar nuestros impuestos.

Participar en las actividades cotidianas, desde la tradición y la cultura a los problemas que puede acarrear el desconocimiento de normas básicas y legislativas del país al cual llegamos.

Conocer las normas en salud, en educación, implicarse en actividades barriales y también proponer que conozcan las nuestras, respetar y conocer dentro de lo posible las costumbres locales y promover las nuestras.

Hace solo unas horas alguien mencionó o dejó caer la sombra de la duda al afirmar que lo que aspiramos es que desde los ayuntamientos nos respalden económicamente, la persona que lo hizo, la cual no conozco, pero puedo apreciar que posee estudios y por lo tanto creo poder decir que sus palabras han sido un claro reflejo de lo que insconcientemente piensa de nosotros.

Que vivimos del cuento, de la buena voluntad del gobierno, de la caridad, que la excusa de integración la utlizamos -como lo hacen algunos personajes públicos- para crear algún que otro puesto de trabajo y alguna dirección donde, de cara a la gente promover desde la teoría pero jamás en la práctica una integración real.

En infinidad de oportunidades, comentarios como el realizado por este señor, andorrano o que viven en Andorra, nos molestan pero al mismo tiempo nos dejan ver que la mayoría de la gente sigue apelando al doble discurso, a la doble moral, en aquello de "Haz lo que digo, pero no lo que yo en realidad pienso y siento".

Para trabajar por una integración hay que de verdad sentir y desear, además de concientizarse de que existe una importante franja de inmigrantes que desea y trabaja por integrarse, de hecho lo hacemos en el día a día, pagando los impuestos, respetando las normas y costumbres, contribuyendo a traves de nuestro trabajo en hacer cada día un poco mejor este país.

Respeto y comparto el sentimiento nacionalista de muchos catalanes, es más, lo dije, lo digo y lo seguiré diciendo, sueño con una Catalunya libre y soberana, pero, siento y creo que como muchos que esa libertad aún está a muchas generaciones de ser alcanzada, no se puede aspirar a ser libres cuando no decimos lo que en realidad pensamos, cuando, en defensa de una lengua propia apelamos a la imposición.

Sin ser catalán en mi coche, por ejemplo, llevo el CAT, el burro catalán y una miniseñera, estudio gralla, tengo al menos dos señeras en mi piso, conozco casi de memoria ELS SEGADORS, pero nadie, nadie me inculcó eso, las cosas se hacen por que se sienten, no por imposción, no por la hipocresía de decir lo que los otros quieren leer u oir y no por lo que en realidad piensan y sienten.

Ahora bien, el día en que más de un detractor de inmigrantes ponga de su parte y demuestre que de verdad quiere hacer algo por la integración y a la vista de que para la mayoría de la comarca -según ellos- la manera más rápida y efectiva es la lengua, pues, los invito a todos a comunicarse con Manel Figueras,del Consell Comarcal y ponerse en la lista para las parejas lingüísticas como primer paso a esa pretendida integración.

Vale destacar que hace 1 AÑO o más que hay una decena de inmigrantes anotados pero no hay catalanes dispuestos a formar esas parejas, si para ustedes es importante y vital que hablemos catalán, señores, prediquen con el ejemplo, pero que sea el ejemplo práctico, el real, ponganse las pilas y demuestren que de verdad desean integración ya que pasa por hablar catalán, hablemos catalán.

¿esto me hace "catalán", me integra más o es sólo para hacer bonito?

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