Ayer alguien me preguntó si estoy enojado con el ayuntamiento, al leer algún comentario mío en Facebook, en lo que viene a ser la voz de difusión del ayuntamiento o donde como mínimo, el equipo que lo conforma, forma parte a su vez, de este Facebook.
Vamos por partes: ante todo que sea un espacio dentro de la red que lleven adelante gente o funcionarios del ayuntamiento no me parece en absoluto criticable, es más, creo que si es desde prensa, lo que hacen es una excelente labor de difusión que al mismo tiempo complementa de forma magistral lo que viene a ser el dossier de prensa de la biblioteca, y además todo aquel que esté agregado como amigo, deja allí su opinión.
Pero regresando a la pregunta de este vecino, no, no estoy enojado con el ayuntamiento, aunque sí me siento defraudado y desilusionado por las actitudes que en particular ha tenido conmigo el alcalde Planella.
Lo creía o lo tenía como una persona capaz de enfrentar los pequeños problemas vecinales bien realizando una llamada, bien cuando se cruza con uno por la calle, preguntar o incluso decirle cara a cara lo que piensa o lo que le parece que está mal, eso es lo que haría una persona de bien, que se considera buena gente.
Pero no ha sido el caso de Planella, no será por falta de oportunidades o de medios, y si fuese al contrario, si yo de parte de mis allegados hubiera escuchado algo, sin dudarlo hubiese querido escuchar la otra parte, o si por lo que fuese no me gustara la opinión de otro o sus criticas, pues, como cualquiera que se considera una persona que no está ni por encima ni por debajo de alguien, simplemente hubiera ido donde esa persona o la hubiese llamado.
Esa es mi única molestia para con el ayuntamiento, nadie que forme parte del actual equipo puede decir que todo lo que he escrito acerca del ayuntamiento no lo he escrito o dicho escondiendo mi identidad, cada palabra y cada letra de mis criticas o cuestionamientos llevan mi nombre, no me escondo ni espero a que den la espaldad para clavar en ellos mis opiniones.
De la misma forma y en más de una oportunidad ha insinuado y hasta afirmado que desde formaciones políticas contrarias a las suyas me han influenciado o coaccionado a hacer tal o cual cosa.
No Planella, no me hacen falta etiquetas partidarias, ni necesito alguien que piense por mí o me diga que y como debo hacer las cosas, para mi fortuna o mi desgracia, mi materia gris la hago funcionar cada segundo de mi vida, no necesito padrinos ni apoyos para decirle o escribirle que pienso de su gestión.
Equivocado o no, lo digo, y no aspiro a ningún empleo o cargo político ni menos aún sindical, como en varias oportunidades lo ha dicho, si aspiro a algo, lucho con las armas que tengo, con mis estudios, con mi oficio (nunca lo ejercí ni creo volver a hacerlo aquí en Cataluña, pero viví de él durante 17 años) y con algunos que otros estudios que aquí he realizado.
El sindicalismo nunca ha sido ni será santo de mi devoción, demasiadas barbaridades e injusticias he contemplado a lo largo de mi vida en nombre de la defensa de los derechos de los trabajadores y podríamos pasar meses nombrando sindicalistas que luego han sido o son diputados y se olvidan de sus "compañeros".
Todas mis opiniones y mis criticas las hago por que así lo siento, no existen dobles discursos y menos doble moral, pero sus actitudes me llevan a pensar que como mínimo escrime usted un doble discurso, llegado el momento y si se anima a preguntar, cosa que dudo, puedo fundamentar eso de doble discurso.
Evidentemente y por lo que resta de meses de su gobierno, jamás mantendremos esa conversación, fundamentalmente por que usted se cree el dueño de la razón y hasta considera que está por encima de los demás, olvidando, cual sindicalista que es por el momento una persona al servicio del pueblo.
No soy yo sino usted quien se ha alejado de sus vecinos, es usted quien considera enemigos suyos a todo aquel que se atreva a cuestionar una sola de sus gestiones, no soy yo quien se enfrentará a las urnas con usted y su proyecto, ni soy yo ( por decisióm personal) hasta dentro de 2 años un ciudadano que pueda votar o ser elegido.
Tampoco soy yo quien cobardemente evitó el hablar con quien consideró, estaba haciendo las cosas mal, ha sido usted Joan Planella, alcalde de Puigcerdà, diputado de esta provincia y persona pública y política de esta villa y comarca que sí legítimamente tiene aspiraciones personales basadas en la actividad que despliega día a día.
Y no soy yo el altanero y revanchista, pienselo, no solo por el tema de los gigantes, sino sobre todo por el lamentable episodio que se vivió el día de la fiesta multicultural.
Podría, no lo niego, ser constructivamente critico en mis post, pero ante su actitud seguiré como hasta hoy, pero sepa que es usted en su totalidad el responsable y el blanco de cada letra que escribo y que se deben a que me ha defraudado, usted como persona pública es la viva imagen de todo aquello que NO debe de hacer alguien que se precia de ser político y buena persona.
Rectifique esa actitud y tenga por seguro que le buscaría el lado más positivo, constructivo que sea posible a su gestión, cosa difícil, pero, esto tampoco es un chantaje ni una propuesta, es más, como mucho escribo y pienso en voz alta sabiendo de antemano que quienes le transmiten todo aquello que escribo son incapaces de hacerlo de manera objetiva y veraz.
Vamos por partes: ante todo que sea un espacio dentro de la red que lleven adelante gente o funcionarios del ayuntamiento no me parece en absoluto criticable, es más, creo que si es desde prensa, lo que hacen es una excelente labor de difusión que al mismo tiempo complementa de forma magistral lo que viene a ser el dossier de prensa de la biblioteca, y además todo aquel que esté agregado como amigo, deja allí su opinión.
Pero regresando a la pregunta de este vecino, no, no estoy enojado con el ayuntamiento, aunque sí me siento defraudado y desilusionado por las actitudes que en particular ha tenido conmigo el alcalde Planella.
Lo creía o lo tenía como una persona capaz de enfrentar los pequeños problemas vecinales bien realizando una llamada, bien cuando se cruza con uno por la calle, preguntar o incluso decirle cara a cara lo que piensa o lo que le parece que está mal, eso es lo que haría una persona de bien, que se considera buena gente.
Pero no ha sido el caso de Planella, no será por falta de oportunidades o de medios, y si fuese al contrario, si yo de parte de mis allegados hubiera escuchado algo, sin dudarlo hubiese querido escuchar la otra parte, o si por lo que fuese no me gustara la opinión de otro o sus criticas, pues, como cualquiera que se considera una persona que no está ni por encima ni por debajo de alguien, simplemente hubiera ido donde esa persona o la hubiese llamado.
Esa es mi única molestia para con el ayuntamiento, nadie que forme parte del actual equipo puede decir que todo lo que he escrito acerca del ayuntamiento no lo he escrito o dicho escondiendo mi identidad, cada palabra y cada letra de mis criticas o cuestionamientos llevan mi nombre, no me escondo ni espero a que den la espaldad para clavar en ellos mis opiniones.
De la misma forma y en más de una oportunidad ha insinuado y hasta afirmado que desde formaciones políticas contrarias a las suyas me han influenciado o coaccionado a hacer tal o cual cosa.
No Planella, no me hacen falta etiquetas partidarias, ni necesito alguien que piense por mí o me diga que y como debo hacer las cosas, para mi fortuna o mi desgracia, mi materia gris la hago funcionar cada segundo de mi vida, no necesito padrinos ni apoyos para decirle o escribirle que pienso de su gestión.
Equivocado o no, lo digo, y no aspiro a ningún empleo o cargo político ni menos aún sindical, como en varias oportunidades lo ha dicho, si aspiro a algo, lucho con las armas que tengo, con mis estudios, con mi oficio (nunca lo ejercí ni creo volver a hacerlo aquí en Cataluña, pero viví de él durante 17 años) y con algunos que otros estudios que aquí he realizado.
El sindicalismo nunca ha sido ni será santo de mi devoción, demasiadas barbaridades e injusticias he contemplado a lo largo de mi vida en nombre de la defensa de los derechos de los trabajadores y podríamos pasar meses nombrando sindicalistas que luego han sido o son diputados y se olvidan de sus "compañeros".
Todas mis opiniones y mis criticas las hago por que así lo siento, no existen dobles discursos y menos doble moral, pero sus actitudes me llevan a pensar que como mínimo escrime usted un doble discurso, llegado el momento y si se anima a preguntar, cosa que dudo, puedo fundamentar eso de doble discurso.
Evidentemente y por lo que resta de meses de su gobierno, jamás mantendremos esa conversación, fundamentalmente por que usted se cree el dueño de la razón y hasta considera que está por encima de los demás, olvidando, cual sindicalista que es por el momento una persona al servicio del pueblo.
No soy yo sino usted quien se ha alejado de sus vecinos, es usted quien considera enemigos suyos a todo aquel que se atreva a cuestionar una sola de sus gestiones, no soy yo quien se enfrentará a las urnas con usted y su proyecto, ni soy yo ( por decisióm personal) hasta dentro de 2 años un ciudadano que pueda votar o ser elegido.
Tampoco soy yo quien cobardemente evitó el hablar con quien consideró, estaba haciendo las cosas mal, ha sido usted Joan Planella, alcalde de Puigcerdà, diputado de esta provincia y persona pública y política de esta villa y comarca que sí legítimamente tiene aspiraciones personales basadas en la actividad que despliega día a día.
Y no soy yo el altanero y revanchista, pienselo, no solo por el tema de los gigantes, sino sobre todo por el lamentable episodio que se vivió el día de la fiesta multicultural.
Podría, no lo niego, ser constructivamente critico en mis post, pero ante su actitud seguiré como hasta hoy, pero sepa que es usted en su totalidad el responsable y el blanco de cada letra que escribo y que se deben a que me ha defraudado, usted como persona pública es la viva imagen de todo aquello que NO debe de hacer alguien que se precia de ser político y buena persona.
Rectifique esa actitud y tenga por seguro que le buscaría el lado más positivo, constructivo que sea posible a su gestión, cosa difícil, pero, esto tampoco es un chantaje ni una propuesta, es más, como mucho escribo y pienso en voz alta sabiendo de antemano que quienes le transmiten todo aquello que escribo son incapaces de hacerlo de manera objetiva y veraz.
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