
Era cantado: imposible mantener un presupuesto faraónico basado en unas previsiones que ni el más optimista puede apoyar.
Claro que siempre existe un delirante, es el caso de Planella quien como futurólogo no tiene mucho que hacer que digamos.
No habrán –salvo un milagro- 3500 nuevos vecinos en la villa ( eso sin contar los más de 700 que se han marchado desde el 2008) ni nuevos pisos en otras tantas nuevas urbanizaciones, de esas planificadas por el ayuntamiento.
A Planella no le ha quedado más remedio que presentar un presupuesto “prudente” por no llamarlo como realmente se debería, que es forzoso, incluso me atrevo a decir que exagerado, pero supongo que aún tiene esperanzas de que algún promotor o constructor sea valiente y se presente solicitando un permiso de obras que le aporte algunos miles de euros al ayuntamiento.
La rebaja del presupuesto a casi la mitad del anterior es una forma de reconocer que las cosas van mal o muy mal y que es improbable que esta situación mejore. Eso sí. Planella dice que este presupuesto es “apenas algo menor que el del 2009”, menos mal, o a Planella la calculadora le va mal o cree que algunos no tenemos memoria, el presupuesto del 09 fue de más de 11 millones, o sea, este presupuesto está entre medio camino del que tuvo el 2010 y el del 2009.
Se acabó la fiesta, Planella no sólo lo sabe, sino que es más que consciente de que hace al menos 3 años que toca bailar con la realidad, posiblemente sea un hombre creyente y dentro de ello la fe, que mueve montañas le haya jugado una mala pasada.
O la adivina que han puesto en fechas señaladas le auguró éxitos, muchas nuevas construcciones y quién sabe, hasta una consellería……………………………es que el arte de la adivinación………..
Pero la realidad es que ni hay inversores dispuestos a apostar por la villa, ni cajas ni bancos a dar dinero para construir en casas que nadie va a comprar de momento.
Un presupuesto basado sólo en la construcción tiene de malo eso: que es una industria efímera, a no ser que exista no sólo una explosión demográfica acompañada por un desarrollo industrial o turístico fenomenal y ese no es el caso de Puigcerdà.
Toca vivir la realidad y esta nos dice que la cosa pinta negra, muy negra y con posibilidades de empeorar.
Pobre del que le toque lidiar con la responsabilidad de gobernar Puigcerdà los próximos años.
Con las arcas vacías, con decenas de calles que reclaman una atención urgente, con salarios que pagar pero sobre todo, con cuentas que no cerrarán, para poner un ejemplo, basta recordar que además de los 7.100.000 euros en deuda hay que sumarle otros 2 millones de impagos, según la oposición.
Habrá que comenzar de cero en algunas regidurías, por ejemplo la de medio ambiente, por que el tema de los residuos de momento no está ni por asomo solucionado.
Mejor ni preguntamos por el estado actual de la maquinaria y vehículos municipales.
O el estado del cementerio.
Es lo que hay: los resultados de una gestión temeraria que nos dejan un ayuntamiento sobreendeudado sin capacidad de maniobra alguna, casi, casi a la mano de Dios.
Coincido con Planella, nadie puede hacer tanto en 3 años, sobre todo, nadie puede hacerlo tan pero tan mal.
Ahora resulta que repentinamente sufre de ataques de actos democráticos, ahora dentro de esas muestras repentinas de tolerancia va a escuchar o esperar la respuesta de los comerciantes.
¿Por qué no escuchó a esos comerciantes cuando le llevaron 3000 firmas en contra de la remodelación de las plazas? En aquel entonces en determinada reunión varias personas le escucharon decir “las plazas se hacen por mis cojones” esa frase fue dicha tal cual.
Pero hoy sí está dispuesto a escuchar a UNOS COMERCIANTES DE NULA VISIÓN COMERCIAL QUE SÓLO SABEN HACER FOTOCOPIAS Y PEGAR CARTELES.
Sabe que aunque su mentor político se sume en la batalla municipal de mayo las posibilidades de ganar no son tan claras.
Aunque algunos que hasta hace pocos días se declaraban de ERC pero juraban que no lo votarían ahora ya no se mojan, ni despotrican, ni hacen las cosas que alardeaban harían, siempre hay cobardes con mucha boca y poco coraje.
El tema es que el presupuesto municipal de la villa de Puigcerdá ha caído en picado y es casi el 50 por ciento del anterior.
Eso no es prudencia, eso es tener la más absoluta certeza de que incluso presupuestando la mitad será pero que muy difícil reunir esa cifra, pagar lo imprescindible y llegar con más o menos dignidad a fin del 2011, Planella lo sabe, sabe que no es prudente sino que incluso esa cifra es ambiciosa y temeraria al mismo tiempo y sea quien sea el que gobierne se las va a ver como tres en un zapato para tapar los agujeros provocados durante su gestión.
Ahora Planella espera como agua de mayo ayudas y subvenciones. Normal, casi la totalidad de las obras de su “brillante” gestión han sido con dinero de fuera, con inversiones desde La Generalitat y desde Bruselas o Madrid.
Pero el apoyo de Barcelona puede demorarse y llegar luego de mayo, algo tarde o muy tarde para sus intereses personales, que dicho sea de paso no son precisamente los de la villa.
El semblante de Planella en la entrevista del presupuesto no era precisamente de triunfo, tampoco intentaba demostrar que aspira austeridad, más bien sufría masticando la frustración de un presupuesto para él catalogado de miserable, un presupuesto pobre e indigno de la villa que él gobierna.
Ya no tiene apoyo tripartito, con suerte podrá conservar algo de poder si continúa como diputado gironino, Le queda el milagro de Carretero, verdadero artífice de los únicos aciertos de este gobierno, es su única y gran esperanza.
Carretero en su cruzada personal de independentista y Planella con su desesperado manotón de ahogado en la esperanza de retener algo del mucho poder que tuvo.
Es lo que hay, las torres más altas caen, los ídolos de pies de barro, también.
El presupuesto de este año es una muestra clara de la pésima gestión llevada a cabo en la villa, basada en previsiones hechas en el aire, ahora toca vivir un poco de realidad y encomendar toda su suerte a San Joan Carretero.
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