Hoy no voy a escribir sobre Planella y su gobierno.
Ya habrá tiempo la próxima semana de acabar o seguir con el tema del boletín.
Hoy mis letras van dedicadas a tantos chicos como el que hoy nombraremos como Pedro.
Podría ser Pedro, Juan, Montse.
El caso es que se trata de un adolescente, de un ser humano, ante todo y sobre todo.
Lo malo es que esto pasó en realidad, hace tan solo horas, en esta comarca y en esta época, en pleno siglo 21.
Y confieso que no fue un bueno momento, ni me queda otra cosa que haber aprendido de ello, como padre sobre todas las cosas.
Pedro no tuvo la mejor idea de contarle a sus padres cual es su opción de vida, su orientación sexual, esa que la madre más tarde me decía que ya algo intuía. el gran tema es que yo estaba allí y me tocó vivir de intruso un momento íntimo familiar.
Le dije a Pedro que a mi manera escribiría esos momentos a lo que me contestó que el paso estaba dado y que al fin era más libre.
El sólo hecho de recordar el silencio que se produjo luego de que Pedro le dijese a sus padres que se olvidaran de ver una novia en la casa por que su orientación sexual es la de homosexual me sigue produciendo sensaciones muy extrañas, quizás por que tenemos un hijo a un paso de la pubertad, quizás por que en ese momento tomé plena conciencia de que esto puede pasarle a cualquiera, incluido yo.
Su madre quedó blanca, pero su padre estuvo varios minutos sin decir nada, yo deseaba desaparecer en ese mismo momento, no era mi tema, era un completo intruso allí.
Pedro fué entonces el que rompió el silencio y desde su voz quebrada argumentó que no quiere ni desea ni está dispuesto a seguir ocultandose ni ocultando a nadie qué es, qué siente, que quiere, cuales son las cosas que lo hacen feliz.
Aproveché entonces para intentar irme, pero el padre me contuvo con su mano y yo deseaba que la tierra me tragase.
Pedro estaba temblando pero al contrario de lo que pude esperar de su padre, éste se levantó, fué hacia Pedro y lo abrazó.
"Eres mi hijo, el mismo de siempre, tu opción de vida no cambia nada, nada.".
De sólo recordarlo se me saltan las lágrimas, ver a Pedro y sus padres fundidos en un abrazo es algo que no voy a olvidar en mi vida.
Sinceramente luego de contemplar esa escena me sentí un cobarde, me sentí, cómo explicarlo, tan poca cosa, tan nada que decir que sentí verguenza es poco.
Pero aún faltaba más y fué la charla con este intruso como mudo testigo.
La charla acerca de prejuicios, de falsos pudores, de rechazos y tantas otras cosas, con tanta naturalidad por parte de su padre provocó tanto en Pedro como en su madre y este servidor, desconcierto y hasta descolocados, así quedamos.
Y cuando salí de la casa, el padre que me acompañó a la puerta al fin se desahogó y se le escaparon varias lágrimas.
Recuerdo que Pedro en un momento dijo algo así como que era un vientre sin cuna, que sabía que la mayor ilusión de sus padres era ser abuelos y que su condición o su opción de vida no era impedimento para transformarse en padre.
Regresé a mi casa con una lección formidable de vida, de comprensión, de cariño, de tolerancia, de amor.
Y por que digo malo al comienzo, por que con sus padres nos conocemos casi desde niños, por que hemos compartido muchas cosas, hemos pasado muchas amargas, muchas verdes, pero otras tantas maduras.
Ahora resulta que quien se consideraba tolerante, comprensivo, moderno, por así decirlo esa noche se dió cuenta que siempre quedan cosas por comprender, por aprender, por aceptar.
No tengo problemas con el tema hosexualidad, eso creía, pero la otra noche ví que sí, que cuando toca vivir el momento afloran los miedos ocultos, los pudores y hasta el sentimiento que decía no tener.
Casi vi nacer a Pedro, es como parte de la familia que no tuve, escuchar sus palabras y compartir aquellos momentos ha sido para mí una lección formidable, por ello estas letras.
Una opción de vida, una opción sexual, pero Pedro sigue siendo Pedro, el que nada como un pez, el que grita los goles del barça como un loco, el que sueña con ser X profesional, el que no olvida sus raices, el que a partir de la otra noche es más Pedro que nunca.
Gracias familia, por el momento, por la oportunidad de haberlo vivido con ustedes, por ser lo que son: autenticos, amigos y unas personas maravillosas.
Ojalá otros padres aceptaran, comprendieran y apoyasen esa opción de vida, no por lo que es sino por quien ha optado por ella, que es nada más ni nada menos que vuestro propio hijo, sencillamente Pedro, como elejí llamarlo hoy.
El haber salido de ese mundo, como él lo llamó, es para Pedro, vivir como le han enseñado sus padres, de cara alta, sin mentiras, sin temores, con dignidad, claro, durante 3 años, que fué lo que le costó asumirlo por él mismo, vivió un calvario, pero hoy, Pedro regresó y yo lo celebro.
Te dejo esa canción que te comenté. un abrazo. y gracias.
http://www.youtube.com/watch?v=A35-TMsyueU
Ya habrá tiempo la próxima semana de acabar o seguir con el tema del boletín.
Hoy mis letras van dedicadas a tantos chicos como el que hoy nombraremos como Pedro.
Podría ser Pedro, Juan, Montse.
El caso es que se trata de un adolescente, de un ser humano, ante todo y sobre todo.
Lo malo es que esto pasó en realidad, hace tan solo horas, en esta comarca y en esta época, en pleno siglo 21.
Y confieso que no fue un bueno momento, ni me queda otra cosa que haber aprendido de ello, como padre sobre todas las cosas.
Pedro no tuvo la mejor idea de contarle a sus padres cual es su opción de vida, su orientación sexual, esa que la madre más tarde me decía que ya algo intuía. el gran tema es que yo estaba allí y me tocó vivir de intruso un momento íntimo familiar.
Le dije a Pedro que a mi manera escribiría esos momentos a lo que me contestó que el paso estaba dado y que al fin era más libre.
El sólo hecho de recordar el silencio que se produjo luego de que Pedro le dijese a sus padres que se olvidaran de ver una novia en la casa por que su orientación sexual es la de homosexual me sigue produciendo sensaciones muy extrañas, quizás por que tenemos un hijo a un paso de la pubertad, quizás por que en ese momento tomé plena conciencia de que esto puede pasarle a cualquiera, incluido yo.
Su madre quedó blanca, pero su padre estuvo varios minutos sin decir nada, yo deseaba desaparecer en ese mismo momento, no era mi tema, era un completo intruso allí.
Pedro fué entonces el que rompió el silencio y desde su voz quebrada argumentó que no quiere ni desea ni está dispuesto a seguir ocultandose ni ocultando a nadie qué es, qué siente, que quiere, cuales son las cosas que lo hacen feliz.
Aproveché entonces para intentar irme, pero el padre me contuvo con su mano y yo deseaba que la tierra me tragase.
Pedro estaba temblando pero al contrario de lo que pude esperar de su padre, éste se levantó, fué hacia Pedro y lo abrazó.
"Eres mi hijo, el mismo de siempre, tu opción de vida no cambia nada, nada.".
De sólo recordarlo se me saltan las lágrimas, ver a Pedro y sus padres fundidos en un abrazo es algo que no voy a olvidar en mi vida.
Sinceramente luego de contemplar esa escena me sentí un cobarde, me sentí, cómo explicarlo, tan poca cosa, tan nada que decir que sentí verguenza es poco.
Pero aún faltaba más y fué la charla con este intruso como mudo testigo.
La charla acerca de prejuicios, de falsos pudores, de rechazos y tantas otras cosas, con tanta naturalidad por parte de su padre provocó tanto en Pedro como en su madre y este servidor, desconcierto y hasta descolocados, así quedamos.
Y cuando salí de la casa, el padre que me acompañó a la puerta al fin se desahogó y se le escaparon varias lágrimas.
Recuerdo que Pedro en un momento dijo algo así como que era un vientre sin cuna, que sabía que la mayor ilusión de sus padres era ser abuelos y que su condición o su opción de vida no era impedimento para transformarse en padre.
Regresé a mi casa con una lección formidable de vida, de comprensión, de cariño, de tolerancia, de amor.
Y por que digo malo al comienzo, por que con sus padres nos conocemos casi desde niños, por que hemos compartido muchas cosas, hemos pasado muchas amargas, muchas verdes, pero otras tantas maduras.
Ahora resulta que quien se consideraba tolerante, comprensivo, moderno, por así decirlo esa noche se dió cuenta que siempre quedan cosas por comprender, por aprender, por aceptar.
No tengo problemas con el tema hosexualidad, eso creía, pero la otra noche ví que sí, que cuando toca vivir el momento afloran los miedos ocultos, los pudores y hasta el sentimiento que decía no tener.
Casi vi nacer a Pedro, es como parte de la familia que no tuve, escuchar sus palabras y compartir aquellos momentos ha sido para mí una lección formidable, por ello estas letras.
Una opción de vida, una opción sexual, pero Pedro sigue siendo Pedro, el que nada como un pez, el que grita los goles del barça como un loco, el que sueña con ser X profesional, el que no olvida sus raices, el que a partir de la otra noche es más Pedro que nunca.
Gracias familia, por el momento, por la oportunidad de haberlo vivido con ustedes, por ser lo que son: autenticos, amigos y unas personas maravillosas.
Ojalá otros padres aceptaran, comprendieran y apoyasen esa opción de vida, no por lo que es sino por quien ha optado por ella, que es nada más ni nada menos que vuestro propio hijo, sencillamente Pedro, como elejí llamarlo hoy.
El haber salido de ese mundo, como él lo llamó, es para Pedro, vivir como le han enseñado sus padres, de cara alta, sin mentiras, sin temores, con dignidad, claro, durante 3 años, que fué lo que le costó asumirlo por él mismo, vivió un calvario, pero hoy, Pedro regresó y yo lo celebro.
Te dejo esa canción que te comenté. un abrazo. y gracias.
http://www.youtube.com/watch?v=A35-TMsyueU
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