jueves, 16 de junio de 2011

el sueño de la integración a la espera de una oportunidad



En la noche de ayer mantuvimos una reunión con motivo de organizar la próxima diada multicultural - sería la 5ª- que tendría lugar el 10 de julio próximo.

Además de la presencia de personas de Colombia,Camerún, Bolivia, Chile o Uruguay, se encontraba la tecnica de inmigración Andrea Estevez y la flamante regidora Carme Mas.

Dentro del tiempo que llevó la reunión y desde mi estricto punto de vista hubo un cúmulo de inquietudes expuesta a la regidora, acompañado por múltiples propuestas.

Pude apreciar que Mas se llevó varias anotaciones, al tiempo que tuvo la oportunidad de enterarse en primerísima persona de nuestras inquietudes, de los fallos que llevamos viendo desde el comienzo mismo de la multicultural, motivo entre otras cosas, de que la última diada apenas tuviera protagonismo.

En realidad la reunión debería haber sido para coordinar las diferentes actuaciones, pero desde nuestra asociación nos veíamos en la obligación de poner encima de la mesa aquellas cosas que desde nuestro punto de vista no estaban bien.

Pero por fortuna no éramos los únicos que lo veíamos así, sino que el resto de las personas allí presentes coincidió y apoyó esas inquietudes, aportando más cosas o dando su punto de vista, marcando fallos que existen desde la primera diada y que a pesar de haberlos marcado en anteriores ocasiones, nunca se tuvieron en cuenta.

La desmotivación en el colectivo inmigrante es general y nace precisamente de esos fallos, de esas cosas que ayer mencionamos en la reunión.

La diada multicultural se supone debería de ser una jornada en donde se comparten muchas cosas, una excusa para conocernos más, en este caso a traves de una exhibición de danzas, de música y pequeñas muestras en los diversos stands, además de las clásicas degustaciones.

Seguimos sin entender por qué se deben de invitar a grupos o entidades de fuera de la villa, no por que no aporten sino por el gasto que de una u otra forma se origina, además, en este caso, la invitación debería de ser recíproca, hoy viene una entidad, pues mañana una entidad de la villa visita a al invitado.

Tampoco entendemos ciertos detalles, sobre todo los relacionados a la degustación o a la negativa a que podamos vender alguna artesanía o recuerdo como forma de autofinaciarnos, ya que los trajes que se usan ese día no son precisamente baratos.

Faltan detalles, obviamente, pero en resumen, creo que la regidora Mas pudo llevarse un panorama bastante claro de la situación.

Nos fuimos con la esperanza de tener una respuesta favorable a esas inquietudes, con la ilusión de tener ¡¡¡al fin!!! apoyo logístico por parte del ayuntamiento.

La asociación que representamos no le pide apoyo económico al ayuntamiento, sabemos de austeridad, somos celosos de los dineros públicos y rechazamos de plano gastos inútiles.

Propusimos algunos cambios, reclamamos algunos apoyos, dejamos encima de la mesa varias ideas.

El apoyo, si llega, no será ni lo queremos, económico, hoy es responsabilidad de todos la de arrimar el hombro, pedimos, sí, herramientas para generar nuestros propios ingresos que nos permitan costear el gasto de los trajes, de los desplazamientos, vamos, una forma de incentivar y mejorar el ánimo de los que participamos.

No tengo ni idea de la respuesta que tendremos, personalmente tengo la esperanza de llegar a un acuerdo que nos permita avanzar.

En realidad, la noche de ayer puede ser el camino hacia la integración que persigue nuestra asociación, anoche lo dejamos claro, la multicultural está bien, pero no es ni por asomo el camino que nos conduce a una integración, sino más bien todo lo contrario.

Integración no es la multicultural, la diada multicultural es una muestra de danzas, de música, de canciones, de colores y un modo de compartir con Puigcerdà parte de nuestra cultura, pero no es integración.

Y  en ese sentido, en el de la integración, es que sentimos que hemos perdido mucho pero mucho tiempo.

 Nuestro colectivo inmigrante hoy por hoy participa en la vida comercial de la villa, muchos compañeros se encuentran al frente de bares o restaurantes, incluso de tiendas, si ponemos atención, más de 20 comercios están a cargo de inmigrantes.

 Pero seguimos lejos de integrarnos, en buena parte, seguimos en una automarginación, que es justamente lo que pretendemos desde nuestra asociación revertir.

 El anterior gobierno ni nos escuchó ni nos entendió ni siquiera nos brindó la mínima oportunidad, esperamos que Mas y Piñeira sí lo hagan.

 No pretendemos trato diferencial, ni un área específica para nosotros, les pedimos desde el comienzo que nos traten de igual a igual, como a un vecino más, que nos escuchen, que llegado el momento nos asesoren, que nos apoyen dentro de lo posible, pero sin considerarnos ni vernos diferentes.

 Tenemos un norte más que claro: INTEGRACIÓN, pero no podemos solos, ni tampoco pretendemos ir solos, necesitamos y deseamos ser parte de la solución, del proyecto, ser parte del cambio que necesita la villa, formar parte de la identidad que a nuestro entender debe tener la villa.

 Y dentro de ese nuestro obejtivo está el poner a Puigcerdà en el mapa de la tolerancia, de la integración, de la participación ciudadana.

 Nos toca esperar unos días.                            Mientras tanto, sin prisas pero sin pausas seguimos en el trabajo de hormiguita, en equipo, poco a poco, pero incansablemente.
 Nos mantuvieron casi 4 años casi neutralizados, pero somos perseverantes, obstinados, creemos y soñamos con esa integración, esperamos tener esa oportunidad.

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