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Convivencia y educación sí, pero el resto déjalo a los de casa.


Un gran poeta uruguayo, Serafín J García escribió un en su día un poema al estilo gauchesco que supo popularizar un dúo conocido como Los Olimareños aunque también fue interpretado por otros artistas del Río de la Plata, era un poema que fué bandera de protesta durante muchos años y en uno de sus pasajes decía textualmente:  Porque cuando tengo que cantar verdades las canto derecho nomás, a lo macho, aunque esas verdades amuestren bicheras donde naides creiba que hubiera gusanos.

Hoy y como siempre, yo también diré mis verdades o la forma en cómo veo las cosas y como siempre tendré quien me ponga a parir e incluso reciba algún clásico correo invitandome a marchar a mi país y otros recomendandome que me meta en mis cosas pues no soy de aquí o por que no vivo en Puigcerdà y resulta una afrenta opinar del diario acontecer de la villa.

Olvidan que vivo aquí, olvidan que un ex President de esta comunidad autonómica dijo que el que vive y trabaja en Catalunya es también catalán.         A estas alturas, decepcionado, desilusionado y con una alta carga de escepticismo poco me importa que algún hipócrita ni bien lea lo que escribo salga a contarle al jefe de turno, evidentemente que como es su costumbre, deformando la realidad y tirando toda la mierda que puede, a la espera de ganarse su simpatía.

Hasta hoy había intentado mantener delante de ciertas personas como este hipócrita que nombro una cierta dosis de respeto, por aquello de la convivencia, de la educación pero resulta que visto lo visto prefiero guardar mi poca paciencia y mi limitada educación para las personas y al resto mostrarle los dientes y que se enteren que me caen como una indigestión por ser diplomaticamente una caricatura de personas pero el plumero se le ve, así que le recomiendo que evite un mal momento y cuando me vea haga de cuenta que no estoy allí por que igual pierdo los papeles y esta persona los dientes.

 ¿Por qué lo digo?  Pues señor/a que me lee, por que ya está bien, por que es mejor ir de frente y sin faltar el respeto, decirle al otro que piensa de él y así por lo menos cada uno sabe lo que hay.

 Los catalanes son cultos, educados y mayoritariamente a este servidor le caen muy bien, es más, yo sí me identifico con esta tierra, su cultura, sus tradiciones y su gente, incluso con la necesidad de un bendito día separarnos de España y su colla de chupócteros, comenzando por cierta familia numerosa a la que supongo todos sabrán a quien me refiero.

Esta es una tierra de buenas personas y de buena gente, pero como siempre sucede, algunas cosas no son sencillas de digerir.      Para la inmensa mayoría de los inmigrantes la sensación es que por educación los catalanes en su mayoría nos soportan, nos tratan de igual a igual pero si nos metemos con algo que consideramos de ellos, de vosotros, ahí la cosa se complica.

Compartir sí, ningún problema, pero si está mal algo, lo arreglan los catalanes ellos, con ayuda de quien sea pero con ellos a la cabeza o de lo contrario las cosas jamás estarán bien hechas, esa es la realidad que la mayoría, un 99 de los inmigrantes vemos.

Alguna vez pude escuchar en el hospital decir a más de un catalán que si el médico que lo atendería a él o sus hijos no era catalán, no quería que lo atendieran, así de claro, además, sea honesto/a, admita que lo ha escuchado o comentado en alguna oportunidad.

Y así en muchas otras áreas.         En los buenos tiempos los inmigrantes éramos los tontos que trabajabamos por un salario apenas superior a mil euros, mientras los demás ganaban "millones de pesetas al mes" y resulta que hoy molestamos en el bar como camareros, o en el taller, en la obra, en la gasolinera, en muchos trabajos en los que era raro o muy raro ver un autóctono trabajando pues eran salarios de _"mierda".   

Molestamos pero no nos lo dicen a la cara, aunque sí son charlas en muchos casos obligadas gracias a la situación que hoy atravesamos.     Una situación que nosotros ni buscamos ni contribuimos a crear, no fuimos nosotros los que dimos créditos a diestra y siniestra, ni cambiamos el coche cada año compitiendo con la vecina yendo a buscar el niño al cole a pesar de vivir a metros del mismo y que era mucho más sencillo ir andando que mover el coche del parking. 

Algunos de nosotros llevamos años aquí y si no nos hemos marchado es por que hemos aprendido a amar esta tierra, la queremos como si hubieramos nacido aquí, pero ya pueden pasar años, podemos envejecer y morir aquí, bailar la sardana o comer trinxat, cantar Els Segadors o festejar como todos la Diada, seremos siempre de fuera.

Lo peor  es que algunos se encargan de dejarnos claro que en algunos sitios somos necesarios pero siempre y cuando sean ellos los que sean responsables, a ver si al final nosotros ponemos en evidencia que podemos hacerlo igual o incluso mejor.

¿ Que estoy enfadado?   No.               Estoy dolido, hasta las mismísimas narices de que donde dicen digo luego digan Diego y se queden tan anchos, estoy indignado por que algún chupamedias sigue cerrando las puertas de algo que pagamos todos y encima algo que era idea de otro profesional y no de un aficcionado que sobrevive cagandole la vida a más de uno.

En este punto le reclamo públicamente al señor alcalde que tome medidas, pues el facebook del ayuntamiento censura al menos a tres personas y mantiene bloqueada su entrada al mismo y que es un facebook el cual en su mayoría del contenido se realiza en horario de trabajo, por tanto, el señor alcalde está permitiendo que en democracia se permita la censura y se impida que tres personas expresen su libertad de opinar.                   En esta parte me permito recordarle entonces que está violando la constitución y que por tanto quien avisa no es traidor.

Pero regresando a lo de la convivencia, perfecto, pero si nos limitamos a determinados límites no escritos,  no es novedad para los inmigrantes que los catalanes prefieren que una tradición se pierda a que venga uno de fuera e intente levantarla.        Puede que alguna persona se moleste con ello, a esa persona la invito a demostrarme lo contrario y no con palabras, con hechos, no con el tema de la tolerancia y la educación, sino con el hecho que la convivencia no implica para los catalanes compartir o delegar ciertas cosas a los que consideran de fuera.

Tuve un sueño, el de la integración con Puigcerdà a la cabeza y como ejemplo para Catalunya y Europa.      Pero resulta que es una quimera.            Una utopía.           Por que algunos vecinos, numerosos vecinos recomiendan o piden que no se permita la participación de inmigrantes en algunas cosas, porque convivir vale, pero con límites.

Lo malo es que no se hacen ni se dicen las cosas de frente, puede que por el miedo a que los tilden de rascistas o intolerantes.        Ni una cosa ni la otra, por que de este lado también están los inmigrantes que comentan y critican de puertas adentro o sea que el que esté libre que tire la primera piedra.

Lo bueno sería que pudieramos mirarnos a la cara y sincerarnos.                  Pero no es así.        La mayoría va rogando y con el mazo dando, así de claro, así de real, así de sencillo.

Y lo cómico es que por convivencia no será, por educación menos, pero igual es algo que aquí se arrastra como vicio dado que aunque hayan pasado ya 30 años, muchos siguen con el vicio de mostrar las formas correctas, una sonrisa amable, pero luego...................................

En fin, será por eso que tengo pocos amigos, por que digo las cosas con nombre y apellido, por que escribo lo que pienso yo pero tambien muchos inmigrantes.     Por que tengo el defecto de no tirar la piedra y esconder la mano.                    Porque uno se hace grande y algunas cosas o se dicen en vida o no se dicen.                            Me parece bien el respeto pero me parece de cobardes el no ser sinceros, alguien dijo que la verdad nos hará libres, yo digo que algunos valores se han quedado en el camino y que algunos individuos en mi tierra por la mitad de lo que aquí hacen ya estaban en la calle por abuso de funciones.                 A ver si todavía alguna prensa sensacionalista se le da por hurgar en el tema.

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