En la noche de ayer se llevó a cabo en el museo Cerdà la presentación de la Asamblea Nacional Catalana, la misma tuvo una asistencia de unas 60 personas entre las que destacaron los alcaldes de Bolvir y Puicerdà junto a la presencia del presidente del Consell Comarcal.
Una conferencia de algo más de una hora y media donde los ponientes, incluído el propio alcalde de la villa, se expusieron motivos, argumentos y razones de peso para dejar en claro que Catalunya necesita ser un estado o nación independiente para poder crecer, desarrollarse y ser, entre otras cosas la que decida en un cien por cien dónde y cómo se gasta o invierte el dinero de los contribuyentes que aquí vivimos, independientemente de las simpatías políticas, de la fe o de la procedencia.
Un movimiento transversal, algo lógico, de sentido común y que encierra un ámbito integrador, donde se busca sobre todo el aunar esfuerzos, unir voluntades, despertar conciencias, busca, desde mi punto de vista la recuperación de una identidad no perdida pero sí desfigurada y desvirtuada por el régimen franquista, el cual no sólo intentó erradicar el uso de la lengua propia sino que es evidente que logró menguar en la nación catalana el sentido de la palabra identidad.
Me hubiera gustado ver en esa sala a buena parte de la dirigencia política de la comarca, si bien estaban presentes varios conocidos dirigentes de izquierdas, como el ex regidor Ramon Serra, por ejemplo, faltaban a excepción de Baque, varios nombres o la casi totalidad de E.C. ( Endavant Cerdanya) por ejemplo, en el caso de los miembros del actual gobierno municipal, sólo el alcalde estuvo presente, pero ni uno solo de los dirigentes o actuales regidores de E.C..
Y en este punto coincido con uno de los ponentes cuando argumentó que los políticos catalanes esperan del pueblo un mayor apoyo que les permita y les legitime a la hora de reclamar la independencia de Catalunya. Pero también creo que es una responsabilidad compartida.
¿Por qué? pues si por una parte nos quejamos del uso y destino de nuestros impuestos, si somos conscientes de que el estado español en esa excusa de la solidaridad nos quita a nosotros para darles a otras autonomías que encima lo malgastan en mantener a sus contribuyentes como bien lo dijo Durani Lleida, en los bares.
¿Es eso justo? ¿ es justo entonces que cada contribuyente de esta comunidad pague más de 2000 euros al año manteniendo a otras comunidades? yo diría que no, una cosa es colaborar en sacar del pozo a otra comunidad y otra muy diferente es que nos tomen por tontos mientras ellos viven la gran vida a costillas nuestras. Pero si nos quejamos por eso y lo hacemos como en los viejos tiempos, oscuros tiempos de Franco, entre 4 paredes, poco arreglaremos o nada y lo peor es que nuestros hijos crecerán con la resignación de que no se puede hacer nada.
La Asamblea Nacional Catalana es una opción, una posiblidad, una herramienta que nos permite unirnos, formar un frente común y desde una lucha pacífica pero perseverante y tenaz, lograr nuestro objetivo: que dejen de meternos la mano en el bolsillo, que seamos capaces de decidir por nosotros mismos, tanto la lengua que queremos hablar o el himno que queremos cantar, o la bandera e identidad que aspiramos o deseamos llevar. La lucha no necesariamente ha de ser desde la violencia, desde la confontación, sino desde el reclamar el derecho a decidir cómo queremos vivir, bajo qué bandera y bajo qué nación, todo depende de nosotros y nadie más, tan sólo se necesita voluntad, tan sólo hace falta amor propio, orgullo, sentido de responsabilidad democrática.
Lo que fué al comienzo un puñado de personas hoy ya se hace notar, desde los numerosos ayuntamientos que se unen al sentimiento independentista, desde aquellas jornadas nacidas en Arenys de Mar, con consultas independentistas, desde la misma formación de esta Asamblea Nacional Catalana, hoy son miles y miles los catalanes o ciudadanos que vivimos en Catalunya los que decimos basta al maltrato, a mantener vagos, a que nos pongan no limites sino murallas al desarrollo y crecimiento enconómico, industrial y hasta educacional de los que aquí vivimos.
Nada es inmediato, nada es eterno, han pasado más de 300 años de aquella derrota pero no podemos vivir del pasado aunque sí podemos aprender de él, de sus consecuencias, de las humillaciones, de los asesinatos cometidos en nombre de la defensa de una monarquía que la mayoría ni acepta ni reconoce.
Pero para plantarnos de verdad, para poder avanzar, para poder conseguir llamar la atención de más y más gente, hemos de hacerles ver que el pueblo catalán está harto de que le hayan perdido el respeto, que quiere que sus impuestos queden en Catalunya, que no quiere pedir permiso para que la educación tenga como primera lengua su lengua propia, por que estamos aburridos de ver cómo se postergan nuestros proyectos y nuestras necesidades para sastifacer la de otros que no dan palo al agua.
Pero ese respeto hay que ganarselo, con actitudes, con hechos y uno de esos hechos es el de plantar cara y hablar claro, sin miedo, sin hacer otra cosa que reclamar lo que es nuestro, puede que un domingo en lugar de ir a la playa, a pasear o al futbol lo mejor hubiera sido ir a votar y así, por mayoría abrumadora España se habría enterado que los catalanes estamos hartos.
Pero faltó compromiso, faltó motivación, faltó rebeldía, faltó coraje ¿ dónde está el espíritu de lucha y coraje de aquellos Segadors? ¿ dónde ha quedado aquel catalán que se ganó a pulso el dicho " los catalanes de las piedras sacan panes? ¿acaso es este el país que queremos? ¿ nos vamos a seguir quedando cruzados de brazos ? ¿ es este el país que le queremos dejar a nuestros hijos?
Creo que el poniente que argumentó a favor de los políticos catalanes tuvo razón a medias.
Por que uno de los trabajos o tareas de los políticos es convencer, es -"vender" la idea, en este caso, los políticos tienen la obligación moral de comunicar, de transmitir, de convencer, de lograr que las masas tomen conciencia de que hace falta, es imprescindible, el ser dueños y responsables de nuestro destino.
Ha llegado la hora de asumir ese compromiso, el compromiso de plantearnos qué tipo de país queremos y hacia donde queremos ir, es hora de decidir de verdad, es hora de subirse al barco de la oportunidad que es formar parte activa de la Asamblea Nacional Catalana, de decidir de una vez, si seguimos lamentandonos y quejandonos en 4 paredes o salimos a la calle, hablamos con nuestros compañeros, nuestros vecinos, amigos, conocidos, parientes que es necesario un cambio de rumbo para garantizar nuestro futuro y el de nuestros hijos.
Y ese futuro es posible si Catalunya alcanza su independencia.
Alguno me puede decir que los partidos independentistas son numerosos y no se ponen de acuerdo, que todos quieren ser cabeza de lista o incluso aspiran una cuota de poder dentro de un gobierno, pero va a ser que antes de cortar la torta debemos de prepararla, cocinarla y decorarla y eso sería construir el país que queremos y de la forma que queremos, por ello pondré un ejemplo: mi tierra, allí el actual gobierno llegó de la mano de una coalición de partidos conformada por......26 partidos.
¿ Si funciona? pondré un par de ejemplos, el primero es que luego de los primeros 5 años fueron nuevamente reelegidos, que de una tasa de paro del 18 por ciento hemos pasado a un 6.2, que se ha recuperado poder adquisitivo de forma sensible y que el P.B.I no ha parado de crecer desde entonces.
Por que otro de los secretos es además de la identidad, el compromiso y la lucha está el creer en lo que quieres, luchar por lo que quieres y tener claro que el camino puede ser largo pero si la determinación es firme y la perseverancia está presente, al final, el objetivo será alcanzado.
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