viernes, 15 de julio de 2016

10 años de la multicultural, un resumen a lo Amaro.




Una década da para muchas cosas, sobre todo en el tema inmigración, con luces y sombras se puede hacer un rápìdo repaso de la misma.

El año 2005 fue quizás el mayor pico de inmigrantes en Puigcerdà, eran los años en los cuales todo aquel  con razgos indígenas y que hablase castellano de forma "peculiar" era casi de forma inmediata catalogado como "peruano", independientemente si era boliviano, ecuatoriano, peruano o incluso, en contadas veces, colombiano, luego estábamos los uruguayos o argentinos que ya teníamos un poco más de peculiar por nuestro acento al hablar y por último los africanos provenientes de Gambia, Camerún y cercanías.

Eran los años de pisos patera en los cuales algçun vecino catalán miraba hacia otro lado pero con la mano extendida cobrando un extra de alquiler, tiempos en donde era raro que un empresario local no tuviera en su plantilla más "sin papeles" que legales, eso sí, en la mayoría de los casos ganando bien y en otros....a 6 la hora, pero claro "arriesgandose haciendo el favor al inmigrante".

No eran todos así, gracias al buen trabajo que hacían los inmigrante y la dedicación, responsalbilidad y rendimiento numerosos empresarios colaboraron en la regularización de los mismos, eran tiempos en los que los locales no querian saber nada de trabajar en un bar o restaurante por que eran trabajos de mileuristas,   Tiempos en que todas las gasolineras de la zona tenían mayoría de trabajadores inmigrantes por que los nativos pasaban de esos trabajos.

Alquilar un piso era tarea complicada y si eras inmigrante te tocaba pagar hasta 6 meses de fianza y a veces ni asi o pagando bastante mas que si fueras catalán  y tiempos donde la solidaridad era ( y sigue siendo)  fundamental, pero donde se abusaba y se abuda de la buena fe de los trabajadores sociales.

La llegada de inmigrantes llegó a tener como responsable a una persona que hoy por desgracia la tenemos lejos, gracias a ser señalado injustamente como responsable de ser la persona que traia inmigrantes al pueblo, tiempos donde muchos inmigrantes eran mirados con recelo y con un rechazo poco disimulado por parte de los lugareños.

También estaba la llegada de los inmigrantes provenientes del este, que por aspecto físico pasaban mas desapercibidos.     Aunque no todo era negativo.   Entidades como ADIS se multiplicaban en esfuerzos para intentar atender las necesidades de los recien llegados, otros, comerciantes, la mayoría, nos regalaron la posibilidad de cursos en catalán.

Y otros, como Joan Santaella, un ex guardia civil, con inquietudes se presenta ante Emili Gimenez, en ese entonces regidor de cultura y propone hacer algo para dar a conocer las nuevas culturas llegadas a Puigcerdà, a eso se le suma el apoyo del padre Uriel y Joan Planella ya alcalde de Puigcerdà se moja y da apoyo a la iniciativa, se moja al punto que crea un puesto de técnica de inmigración, el primero de toda Cataluña, o España.

Puesto que ocupa Andrea Estévez y que no se queda sólo en la fiesta multicultural, sino que pone en marcha al año siguiente un campeonato multicultural de fútbol que sigue siendo único en toda Cataluña y que es objeto de contínuas consultas, a eso se le suma Cuentos del Mundo, más otra serie de proyectos que llegan a 20 en estos años, a los que hay que agregar numerosos cursos de hostelería, costura, manipulación de alimentos y etc, siempre abiertos a todo aquel que deseara participar.

Una técnica, que más allá de ser mi paisana y al igual que el resto de los técnicos del Ayuntamiento trabaja fuera de horario y atiende el telefono de todo aquel que llame consultando o pidiendo orientación, y que en la multicultural es el pilar fundamental que permite que esto siga siendo posible.

Planella, por tanto, más allá de las diferencias personales que luego mantuvimos, fue fundamental en el proceso de integración a nivel local, me hubiese gustado verlo en la fiesta y lo digo alto y claro, de haber estado allí, pido un micro y lo felicito por el trabajo que emprendió  aún siendo consciente que más de un vecino se lo ponía en contra.

10 años de la multicultural, se dice rápido, pero ha sido un proceso de convivencia e integración casi natural, hoy en día ya somos unos vecinos más en Puigcerdà, ahora saben la diferencia entre un boliviano y un ecuatoriano, al punto de hacer las bromas de cmabas y collas.

Son varios los inmigrantes que tienen negocios o empresas en la villa y en la comarca, desde bares, restaurantes, cristalerías, billares, pequeñas empresas de pintura o construcción, sus hijos o nietos sin que olviden sus orígenes forman parte de ola nueva Cataluña, la de la tolerancia, la de la diversidad, la de la multiculturalidad.

Una Cataluña que cuenta con nuevos miembros que ya han hecho de esta su segunda patria, Puigcedà, en muchos aspectos es y seguirá siendo ejemplo de esa integración necesaria, como Planella como impulsor pero con una regidora, Carme Mas y una técnica que lejos de abandonar el proyecto han continuado con ilusión, ganas y compromiso, hoy tenemos en marcha un Plan Local de Inmigración que una vez acabado seguramente sea dar otro paso en el camino lento pero seguro de la integración.

En los últimos años ha sido otra la inmigración en Puigcerdá, personas provenientes de Asia y Africa, así como de paises del este han seguido llegando a Puigcerdá, de las 51 naciones en el 2005 hemos pasado a 62 naciones que tienen hoy algún miembro en Puigcerdá.

La fiesta multicultural ha puesto en esto su granito de arena y espero que lo siga haciendo, tanto en bailes como en gastronomía ha servido para acercarnos, para que nos conozcan, para que comprendan que en esta gran aldea llamada mundo las fronteras las ponemos nosotros, por que al fin y al cabo, debajo de la piel, detrás de nuestra procedencia o fe lo que hay en realidad son sólo personas.

La pena es que lleve tanto tiempo el comprenderlo y ese proceso alguna muy buena persona haya tenido que marchar forzado de Puigcerdà, pero no lo olvidamos y ojala algún día parte de esas personas que lo culparon de forma injusta y cruel sean capaces de reconocer su error.

Es el precio que a veces se paga por ser solidario, por que los hombres de Dios sólo ven ante ellos personas, no razas ni procedencias.    El caso es que 10 años después Puigcerdá es una villa conformada por personas de 62 naciones y es ejemplo de tolerancia y convivencia.

Bien dicen que el tiempo es el mejor juez.


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