jueves, 2 de marzo de 2017

El fracaso de prensa en Puigcerdà (más los favores políticos)


Años atrás un vecino de la Cerdanya presentó una idea en el Ayuntamiento de Puigcerdà, en la época de Planella, la idea fue rechazada para posteriormente adaptarla y ponerla en marcha como iniciativa e ideas propias de ese gobierno.

El experimento funcionó y a través del mismo las actividades desarrolladas en el pueblo lograron visibilidad al tiempo que las personas interactuaban emitiendo opinión e incluso formulando sugerencias, la idea original de D.C, funcionaba y otorgaba algo más que visibilidad al municipio. 

Con el paso del tiempo todo lo relacionado con la red social pasó a ser responsabilidad casi única o única de quien luego firmaba como jefe de prensa, En este punto siempre fui crítico con el tema, vale que en el gobierno anterior a Piñeira el jefe de prensa podía ser y era lógico, un cargo político, de esos que se conocen como cargos de confianza. 

Piñeira junto con su equipo de gobierno se había propuesto no despedir a nadie en su mandato, de hecho, así lo hizo y por ello al menos 2 expedientados que deberían haber perdido sus empleos aún siguen siendo funcionarios del ayuntamiento, lo mismo sucedió con el jefe de prensa. 

Claro que el jefe de prensa no aprovechó la oportunidad y en ese período de gracia que duró un mandato no se formó mínimamente para defender su cargo y demostrar avances en su puesto, al llegar el segundo mandato de Piñeira una de sus primeras acciones fue la remoción del jefe de prensa. 

Hubo un lapso de tiempo en el que vimos apenas actividad en lo que hoy es una página que informa desde tres áreas, pero que ha perdido su cercanía con la gente, algo que día a día también está pasando con el actual gobierno, es casi generalizada la opinión de que el actual gobierno está muy lejos del que vimos en su primera gestión.    Es normal el desgaste, como comienza a ser normal no ver a determinados regidores en eventos muy importantes y relacionados a su regiduría. 

El caso es que Piñeira no puso a nadie en prensa, pero...sin llamar a concurso, sin hacer las cosas debidamente contrata a una empresa de fotografía donde casualmente uno de sus miembros pertenece a su formación política y además conforma el ejecutivo local, 

Si eso pasara en mi país así no existiese un regidor en la oposición seguro que algún vecino podía interponer su queja o denuncia como tráfico de influencias, desde fuera al menos así se ve, sobre todo ese contrato a esa empresa de fotografía debería haber sido a través de concurso público ya que hacer fotos no es un cargo de confianza sino un simple trabajo de fotos, que por otra parte se ven a las 72 horas con suerte, pero eso no es todo sino los costes que nos dejan estas fotos.

El regidor de la oposición cifra estos gastos en unos 3 mil euros al mes, una cifra extremadamente alta, teniendo en cuenta lo que costaba el antecesor, 1290 aproximadamente, con la compensación incluida, eso sí, más allá de las diferencias personales debo admitir que si algo hacía era informar al menos gráficamente. 

Ahora tenemos fotos, sí, pero fuera de tiempo a no ser que les interese mucho, como fue el caso de la segunda nevada grande de este año donde allí sí se colgaron en modo exprés. 

Tenemos fotos, de algunos eventos, no de todos, seguimos sin ningún tipo de explicación de las mismas, o sea, información más que sesgadas y con un coste sensiblemente superior a lo que hay que agregar la parte oscura: se otorga el trabajo de fotografía a dedo, sin concurso y a personas estrechamente vinculadas políticamente al actual gobierno. 

Se rumorea que no es en la única área en la que se producen contratos dudosos, sin concurso previo. 

Eso ya es otro tema y si no veo algo que lo certifique no lo doy por sentado, ahora, en el caso de la empresa contratada por fotografías es público lo que pasa, un servicio paupérrimo, desfasado en el tiempo y la calidad de las fotos puede ser buena, pero deja la sensación que la demora de debe a una especie de filtro donde se eligen con demasiado cuidado las fotos a colgar en la red social. 

Fracaso en prensa es lo que se me ocurre que ha pasado en Puigcerdà, con un ayuntamiento que se aleja de la gente progresivamente y donde apenas si se sabe lo que pasa.    Me llegó la información que muchas cosas pueden cambiar, que muchas actuaciones municipales podrán ser vistas a través de la página dedicada a transparencia, lo cual será doble trabajo y, por tanto, más gastos y, sobre todo, más hueco, más alejado de la gente, más frío. 

Prensa y comunicación en una capital de comarca es casi esencial para la difusión de actividades, para incluso evaluar rápidamente la opinión que genera en los vecinos determinado acto o proyecto, interactuar con los vecinos, conocer sus reacciones, su aprobación o rechazo según el tema. 

Som Tots, la página oficial en la red social más grande del mundo aún puede ser la gran herramienta, pero está mal enfocada actualmente, las personas que colaboran o llevan la página se limitan a compartir sus respectivas actividades mediante comunicados a través de carteles y poco más, En este caso no es una crítica, sólo un comentario, demasiado hacen además para un trabajo que no es el suyo.  

Piñeira es una persona con gran poder de comunicación, pero no puede estar en todos lados, además, en el tema prensa desde mi punto de vista le ha faltado tino, acierto.    Además, contratar servicios de fotografía, que no de prensa y encima a gente estrechamente vinculada a su partido no es nada ético por no decir que huele a tráfico de influencias o favores políticos a tus afines. 

Se me ocurre que Jordi Pardinilla, periodista de profesión, objetivo en sus escritos y bastante imparcial podría haber sido algo más que un buen jefe de prensa, pero Piñeira prefirió contratar a una empresa que por otra parte le sale carísima. 

Primó el amiguismo sobre el sentido común y la falta de ganas de comunicarse mejor y con más cercanía a sus vecinos.    Es lo que acaban logrando las mayorías absolutas, que la confianza, al final da asco y en prensa, Puigcerdà asume un gran fracaso, eso sí, los que pagan ese fracaso son los vecinos de la villa, como siempre. 


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