Ser funcionario conlleva una serie de ventajas que los asalariados normales jamás hemos tenido y que gracias a gobiernos como el de Rajoy ya ni siquiera podemos soñar a lograr un mísero porcentaje del que disfrutan los funcionarios.
Días pasados leía una nota
firmada por Jordi Pardinilla, si hace clic en las letras azules podrá acceder a
la misma: Malestar
en la plantilla del Ayuntamiento. Y eso me lleva a preguntarme
dónde está el problema, porque tal y como dice el dicho "el que nada debe
nada teme".
La representante sindical se
manifestó según la nota, molesta, porque según la misma las medidas de control
se deberían pactar con los trabajadores, algo que puede tener muchos matices,
entre otras cosas porque es público y notorio el descontrol que existe y
también las libertades que determinados funcionarios se toman, al igual que varios
contratados, hablo del edificio del ayuntamiento pero también de otras áreas,
en especial las personas afectadas a zona azul.
Aquí el comité de empresa
debería realizar una severa y profunda autocrítica y valorar el alto cúmulo de
beneficios que gozan los funcionarios y personal contratado por el ayuntamiento
y formular luego de esa más que necesaria autocrítica un llamamiento al orden
de sus afiliados y no afiliados.
Orden por el actual desmadre que existe en parte del personal y respeto por sus vecinos,
que somos a fin de cuentas quienes pagamos sus salarios y solemos ser testigos
mudos e impotentes de abusos como los que escenifican las personas afectadas a
zona azul y también en varias áreas del ayuntamiento, como personajes afectados
a la brigada, dicho de otra forma: hablar a calzón quitado, sin pelos en la
lengua.
Recordar, señores del comité de
empresa que a lo largo de toda la crisis si bien han sufrido recortes
decretados por el gobierno central ustedes no han sufrido recortes de
plantilla, han dormido tranquilos desde siempre, porque tienen el trabajo más
que seguro, está bien que reclamen diálogo, es justo, pero también es
justo que reconozcan que son numerosos los compañeros del ayuntamiento que
hacen de todo menos cumplir con su trabajo y que otros que sí cumplen, por
ética, por responsabilidad y por dedicación se les queda la cara de
tontos.
Si vamos a una empresa privada
a trabajar no tenemos esos privilegios de entrar más tarde o que apenas se
controlen nuestros horarios, llegas tarde y depende cómo…de patitas a la calle,
creo que el comité de empresa debería reconocer que es necesario e
imprescindible un control y que el mismo sea efectivo en la mayor parte
posible.
Poner la casa en orden es una
obligación ineludible que debe aplicar en este caso el señor Piñeira y que más
de un vecino desea o reclama en voz baja, como es costumbre en este pueblo, no
vaya a ser que si criticamos o hablamos claro nos quedemos sin amigos, hablar
claro en este pueblo significa ganarse enemigos y evitar saludos, tal y cual lo
hacen ciertos comerciantes que se han sentido aludidos en mis escritos, por
ejemplo.
Piñeira y su gobierno debe
poner fin a este actual desmadre del personal municipal, a las injusticias que
se cometen entre los propios compañeros, algunos curran por dos o por tres,
tragan desde hace años calladamente el abuso de compañeros que lo menos que
hacen es trabajar.
Comité de empresa y
ayuntamiento se deben una conversación de las buenas, así como algún regidor,
como Domingo Mora debería controlar a las personas de zona azul, porque le
recuerdo que mi vídeo "desafortunado" por el fallecimiento de la
madre de una de las contratadas fue una casualidad y que la ausencia de tickets
en los coches no se produjo porque los automovilistas sabían que se había
producido el deceso, sino porque estaban y siguen estando acostumbrados a que
en la mañana con suerte pasan una vez o dos a controlar.
Pero no nos desviemos del tema,
el control del personal es imprescindible, es parte de la transparencia que se
le reclama al ayuntamiento y que nada tiene que ver con provocar injerencias en
la intimidad o libertad de los trabajadores, existe un horario que cumplir y
respetar, pero sobre todo existe algo que se llama responsabilidad y que de ser
yo el responsable del comité de empresa comenzaría por reclamar esa seriedad y
compromiso a mis compañeros.
Reclamar está bien, pero cuando
se lleva razón y es público y notorio que el desmadre que existe en el personal
es de escándalo, para reclamar hay que predicar con el ejemplo, pues a ver si golpeamos
la mesa y hablamos claro, que no todos contamos con el privilegio de tener un
empleo a perpetuidad y con la seguridad de 14 pagas, la seguridad que no habrá
un ERE o que mañana venden la empresa o esta se marcha del país o se
arruina.
Mejor llamar a los compañeros
al orden, porque ya va siendo tiempo de ponerse más serios, aceptar los
errores, reconocer que en los últimos años existe parte del personal que ha
hecho de su trabajo un verdadero cachondeo y que eso es entre otras cosas una
falta de respeto a sus vecinos, un poco de seriedad no vendría nada mal, sobre
todo cuando algunos que vienen de empresas privadas antes los veíamos todo el
día a full y ahora los vemos riéndose de haber sido doblemente expedientados y
perdonados y a otros todo el tiempo en las cafeterías.
Para luchar por mejoras primero
hemos de poner la casa en orden. Para pedir diálogo a veces primero
debemos exigir a nuestros compañeros a cumplir con sus compromisos laborales.
Como decimos por el Río de la
Plata, "la culpa no es del chancho (cerdo) sino del que le rasca el lomo”
y aquí ahora mismo hace falta ponerse firme y poner orden en este desmadre,
luego sí, a reclamar y exigir, pero si vamos así...como que no nos hemos ganado
ni el respeto ni la confianza.
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