El próximo domingo un puñado de vecinos enfundados en los
colores locales lucharán por convertir un objetivo en una realidad, los seniors
del Puigcerdá Fútbol Club quieren y merecen subir de categoría.
Frente a ellos un equipo que lo intenta por tercera vez
consecutiva, por tanto, las cosas no pintan nada bien, ambos equipos dejarán
todo en los dos partidos, en los 180 minutos que los separan de ese escalón por
subir.
Este domingo estos muchachos se merecen que todo aquel que
sienta los colores de Puigcerdà, pero sobre todo que le guste el fútbol esté
presente en el campo de fútbol, alentando a su equipo, los que disfrutaron y
sufrieron casi hasta el último segundo el domingo anterior saben de qué les hablo,
saben lo que es vivir esas emociones, saben lo que es sufrir y lo que es
disfrutar de su equipo.
A ellos les pido que se lo cuenten a más vecinos, que
inviten a ir al campo de fútbol a todos y más, el aliento de la parcialidad
puede ser decisivo para que los muchachos del Seniors logren un triunfo
imprescindible, pero cuidado, no será suficiente, quedará aún un segundo
partido y será como visitantes, por tanto, alentemos a nuestro equipo, a por
todas, a por la gloria, a por el triunfo, a por el ascenso.
Puigcerdà este domingo tiene que ser uno solo, que los
muchachos se sientan arropados, apoyados, en un año donde al club las cosas le
han ido medianamente bien, ya hablaremos de los Alevi A, flamantes campeones de
récord, más de 260 goles a favor y poco más de una decena en contra.
Un puñado de vecinos que les gusta el fútbol y visten los
colores de nuestra villa, que no cobran un euro y que si los une algo es la
pasión por el deporte, la entrega pasa por la ilusión, la garra por el estímulo
de un entrenador que sabe que tiene delante de sí una piña de jugadores que
viendo tan cerca la meta redoblan esfuerzos y ganas.
A ellos qué les puedo decir…ver ese campo a rebosar, ver el
festejo del domingo pasado la invasión de campo …lágrimas en los ojos de
mujeres y hombres al dar un pasito más hacia ese ascenso no tiene precio.
Cualquier palabra que les pueda decir es poco, pase lo que
pase este domingo y el siguiente ustedes ya han hecho historia, han logrado
algo que hacía años que no pasaba en la villa, han llenado y volverán a llenar
el campo de fútbol y han logrado que renazcan los sueños, que se nos ponga la
piel de gallina gracias a los momentos pasados.
Cierto, quedan 180 minutos de sufrimiento, de entrega, de
lucha. Es el momento de la calma, de
pelota al suelo y frente alta, de serenidad, de jugar con los nervios del
contrario, con la vista puesta siempre en la portería contraria, a por todas, a
por el ascenso.
180 minutos, la cima cuando más cerca está más ansiedad
produce, ustedes tranquilos, no han llegado hasta aquí para morir en la orilla,
vamos, un pasito más, una carrera más, un pase más, un gol más. Con los pies sobre el balón y los ojos
abiertos para asistir al compañero, a jugar con todo, con el alma, con el corazón,
con coj… con rabia, pero rabia serena, la que te lleva a conseguir el triunfo,
no estarán solos no, un pueblo entero, dentro y fuera del campo de juego están
con ustedes, gritando, alentando, soñando y sufriendo con ustedes.
Falta menos, pero falta, oídos atentos a las recomendaciones
de Francesc, serenos, pero con la seguridad que se puede, con la certeza que el
triunfo es del Puigcerdà, cierren los ojos por un momento y visualicen ese
triunfo.
Vamos Puigcerdà, todos este domingo llenando el campo,
alentando a este equipo que se merece que nos quedemos afónicos, nos falta el
jugador número 12 y ese, ese, señor lector, querido vecino, ese es usted, no
vaya solo, lleve a un amigo, un hermano, lo que sea, pero vaya el domingo y
aliente a este equipo que está a 180 minutos de lograr el ascenso.
Muchachos; a por ellos, a por ese ascenso, a por esos goles,
venga, ánimos, fuerza, corazón, fútbol y co… se puede, sólo un esfuerzo
más. No están solos, todo un pueblo está
con ustedes.
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