lunes, 26 de febrero de 2018

Arrimadas, el trinxat y el respeto.



Seguramente hoy más de uno al leer este escrito recordarán a mis familiares sin siquiera conocerlos, pero bueno, no escribo para hacer amigos, escribo para dar mi opinión.

Finalmente, la 23ª fiesta del trinxat ha sido mediática gracias a la presencia de Inés Arrimadas en la misma, interior se ha visto obligado a reforzar la presencia de efectivos, pero todo se ha reducido a gritos de personas que reclamaron libertad.

Siempre existirá un político que sea impopular para una parte de la población, sea por lo que sea, así será.   

Desde el Ayuntamiento se evitó la representación política bajo la excusa de los políticos presos, pero vamos, seamos honestos, señor Piñeira…no existe gobierno, ¿¿¿¿qué responsables podía usted invitar?

Es curioso como en defensa de la República catalana se pueden escudar o excusar y quedarse tan anchos, Puigcerdà o su gobierno deberían tener en cuenta que un importante porcentaje de sus vecinos no está a favor del independentismo.

El tema es Arrimadas, quien en cierta forma vino a la fiesta del trinxat más que para disfrutar de la fiesta a marcar presencia política estratégica y lo logró, vamos si lo logró, mientras el independentismo le da su buen golpe de mano.

Visto de fuera el gesto de la “butifarrada” en demostración o rechazo de la presencia de Inés Arrimadas es un gesto claro de intolerancia, pero sobre todo es una clara falta de respeto a la democracia, es más, si lo miramos fríamente le han faltado el respeto a sus vecinos, familiares y amigos, por el solo hecho de que ellos piensan distinto.

A veces las mayorías silenciosas hablan fuerte, claro y contundente, 1238 personas que no se ven en las calles de la villa con banderas ni lazos amarillos, que probablemente no les dejan de hablar a sus amigos o vecinos por el hecho de tener ideas y sentimientos opuestos o diferentes. 

Pero esos 1238 vecinos hablaron donde debían hablar, en las urnas, y se puede o no coincidir con sus ideas, objetivos o reclamos, pero no se puede perderles el respeto.

Antes de continuar haré una pequeña aclaración; soy partidario de que Cataluña reciba un trato económico y político más justo, soy partidario de que se llegue a independizar o formar parte de un estado español federal, soy partidario que se respete su autonomía.

Pero desde la coherencia, desde recorrer caminos que pueden ser mucho más largos, pero mucho más seguros, mucho más contundentes, mucho más efectivos, sin el peso de la imposición, desde la democracia bien entendida y mejor aplicada.

La ANC abrió un camino de esperanza y de ilusión para centenares de miles de catalanes y llegó a poner más que en jaque al gobierno español, pero no supo manejar los tiempos, cayó en la tentación de acelerar y politizarse, cuando el camino era el ir sólo bajo una bandera y un propósito.

C’s a través de Inés Arrimadas y su posición sumó más de un millón de votos en unas elecciones más que atípicas, sí, incluso con un discurso monotemático: el discurso constitucionalista.     Ni conciliador ni constructivo, escaso de proposiciones unificadoras, aún así es la segunda fuerza política de Cataluña, sin tener un solo alcalde y apenas concejales.

Un partido que sin hacer municipalismo logra esos resultados es para al menos respetarlo, desde las reglas básicas de la democracia, las urnas hablan, sí, pero nosotros como ciudadanos que en teoría respetamos y queremos que se respete esa democracia debemos de ser el doble de respetuosos ante los resultados, que no dejan de mostrarnos una realidad que si la ignoramos estamos siendo tan o más fachas que las personas que increpamos.

Inés Arrimadas no obligó a nadie a votarla, propuso algo, defiende algo, de la misma forma que lo hace el independentismo, por lo cual ambas posiciones son dignas y merecedoras de respeto, de la diversidad de ideas nacen buenas cosas, todos sabemos que existe blanco y negro, pero también matices.

Sin embargo, los mismos que antes de las elecciones del 20D reclamaban o pedían que se respetara lo que saliera de las urnas se concentran frente al polideportivo para increpar a una política libertad.     Libertad que hay que seguir luchando para conseguirla, que hay, de una buena vez por todas, realizar una autocrítica y ver dónde están los errores cometidos.

Hablo que si el independentismo aún cometiendo un mar de errores ha sabido mantener viva la llama de la esperanza y rebeldía de un pueblo catalán que clama independencia, pero que por desgracia no ha sabido recorrer los caminos hacia la misma de forma inteligente, debe sentarse, replantear su estrategia y ser humilde.

Sin volver a dar fechas, sin alianzas suicidas, sin prisas, desde el “seny”, desde la coherencia, desde la demostración con hechos de la voluntad de querer construir una nación justa, equilibrada, que nace desde una clase política que sea capaz de quitarle privilegios y gastos abusivos que hoy padecemos.    

Pero no incitando a increpar a dirigentes políticos contrarios a sus objetivos e ideas, no tildando a los que piensan diferente de fachas, de expoliar, de retirar el saludo a los que ponen una bandera que no sea la Señera.

Que el independentismo critique menos y su clase política se ponga a trabajar por esa nación que quieren, que lo hagan desde sus puestos de diputados, de consejeros o de cualquier puesto de responsabilidad política, pero que nos demuestren que una nación se construye trabajando y no sembrando odio, ni división, ni rencores, ni condenando ni culpando a los otros por sencillamente pensar diferente. 

   Inés Arrimadas vino a la fiesta del trinxat como política, sí, pero el independentismo la victimizó con su actitud, en una demostración de intolerancia que para los que nos ven de fuera puede ser vista como una muestra de lo que se pueden encontrar de ser mañana una República.     Y si esa República es la que nos espera…yo no la quiero.

5 comentarios:

Jordi dijo...

"sobre todo es una clara falta de respeto a la democracia, es más, si lo miramos fríamente le han faltado el respeto a sus vecinos, familiares y amigos, por el solo hecho de que ellos piensan distinto"
Como ya he dicho en diferentes sitios, el negar la manifestación por el simple echo de que a otros no les guste, es una muestra mas de déficit democrático. No puedo dejar de manifestarme o expresar mi opinión porque hay gente que piense diferente.
Si eso fuese de esa manera, nadie se podría expresar libremente y todo sería considerado una falta de respeto. Creo que con esa frase, has patinado.

Juan Amaro dijo...

Es lo bueno de opinar, que existen matices u otras formas de verlo. Libertad de expresión siempre. Otra cosa es si no piensas como yo estás contra mí. Si esta gente es la que pretende construir un nuevo país o nación desde esas bases....mal vamos, muy mal.

Jordi dijo...

Por eso yo te digo que patinas en la frase, no que no la puedas publicar. Los que tachan de antidemocratas y totalitarios (como han declarado miembros de Ciudadanos), a los que se manifiestan pacíficamente y protestan, tienen que revisar el significado de democracia, porque no creo que lo tengan muy claro.

Anónimo dijo...

no sé, però majoria no són els de Ciutadans, i silenciosos tampoc.

Juan Amaro dijo...

ANÓNIMO....son segundos en Cataluña, solos, sin alianzas tienen más de un millón de votos y sin hacer municipalismo. Eso habla solo no? Y si, en Puigcerdá son por apenas votos segundos y van calladitos, es para tenerlo en cuenta.