Desde hace semanas en las redes sociales se habla de la
preocupación en algunos comerciantes de Puigcerdà ante la inminente
construcción de un Carrefour en Ur, con tiendas, gasolinera, etc., un pequeño
centro comercial, vamos.
Y desde el comercio de Puigcerdà se encienden todas las
alarmas, algunos llegan a vaticinar una debacle que provocaría cierre de
comercios y pérdida de empleos, en teoría a causa de la puesta en marcha de ese
pequeño centro comercial en territorio francés.
Vamos a ver…en la Cerdanya catalana tenemos un Carrefour con
unos 80 operarios y a lo largo de los últimos 10 años sin que haya aumentado la
población se han instalado varias firmas dedicadas a la alimentación, creando
decenas de nuevos puestos de trabajo, por tanto, es erróneo el concepto de que
si se instalan grandes superficies se pierde empleo.
Ahora el tema es Llívia, por que aquí en Puigcerdà “todo el
mundo” se hecha las manos a la cabeza … o algunos pocos en realidad lo hacen mientras
la gran mayoría lo ve como un balón de oxígeno o nuevas oportunidades de
compra.
Pero miremos un poco al pasado reciente y también a Llívia,
la que en realidad será comercialmente la más perjudicada en este tema.
Aquí sí que existe la posibilidad real de pérdida de empleo
y cierre no masivo, pero sí progresivo de comercios y esto no puede evitarlo
nadie, ni las buenas personas que interponen denuncias intentando frenar la
construcción del nuevo Carrefour (lleva 4 semanas con sus obras paralizadas por
una o más denuncias) ni los alcaldes catalanes o aquellos “poderosos” comerciantes
ceretanos…o puigcerdaneces.
Si miramos un poco al pasado hace unos años la alcaldesa de
Llívia se opuso firmemente a la construcción de una rotonda. Qué casualidad (o qué precisión), la
rotonda se construye y es nada más ni nada menos el punto exacto donde va la
entrada del nuevo emplazamiento comercial, en resumen, nada se hace porque sí y
ya en esos años se estaba planificando al mínimo detalle lo que sería ese nuevo
centro comercial.
Llívia tiene varios problemas a la hora de mirarlo
comercialmente. El comercio local no
cuenta con un estacionamiento regulado y por tanto a la hora de pararse a
comprar algo o incluso de comer o beber algo no es el pueblo donde precisamente
tengas sitio para aparcar.
Los precios de al menos uno de los supermercados o debo
decir autoservicios que cuenta la villa no son precisamente atractivos y por un
tema de espacio la oferta de productos es ciertamente escasa, motivo por el
cual la mayoría de los compradores se desplazan fuera para hacerse de productos
a mejores precios y variedad.
Por tanto, con sólo dos detalles podemos decir que es Llívia
quien al no dispones de espacios para crear una alternativa comercial si bien
no atractiva sí competitiva será la gran perjudicada en este tema.
Los vecinos de la villa o quienes podrían consumir en Llívia
optarán por el centro comercial entre otras cosas porque la diferencia de
precios aún en Francia estará a favor del centro comercial y otra porque con
350 plazas de aparcamiento sumadas a más diversidad comercial al menos tienta.
Posiblemente uno de los dos autoservicios de la villa cierre
sus puertas o reduzcan personal y la construcción de un supermercado u otro
tipo de comercios que sí cerrarán en Llívia no será posible, por que no existe
(o sí) espacio físico que permita este tipo de emprendimientos.
Existe un consenso unánime que la llegada de un Mercadona en
la Cerdanya sería para el consumidor un beneficio a la hora de comprar y eso sí
es verdad, pero aquí los alcaldes no se han parado a pensar en los que aquí
vivimos, no.
Aquí es permisos de nuevas construcciones, de
recalificaciones para más y más segunda residencias, de eventos y espectáculos
para el que nos visita, pero a nivel local, a la hora de pensar en los vecinos
los alcaldes no tienen ni iniciativas, ni inquietudes ni se molestan en buscar
soluciones.
No señalo a Elies Nova como responsable de la futura muerte
anunciada de muchos puestos de trabajo en su villa, no, que va. Digo que a veces conviene mirar hacia el
futuro y prevenir o al menos atenuar los grandes males que no son males sino
mejoras para los consumidores.
En lugar de pensar en tantas nuevas segundas residencias
haber aprovechado las ventajas comerciales de las que sí disfruta Catalunya
frente a Francia y haber mirado la oportunidad de crear algo similar que les reportase
beneficios a sus municipios y sobre todo a sus vecinos.
Una pena que solo se mire de cara al turismo cuando si se
mira en un conjunto donde los que aquí vivimos todos podríamos haber
ganado. Ahora nadie se acuerda de
Llívia, nadie piensa que ellos sí se verán muy perjudicados.
Nadie mira hacia Llívia.
Pero en el correr del primer año del nuevo Carrefour, cuando cierren varios
locales y se pierda empleo…entonces sentiremos los lamentos, pero ya es tarde,
lo es desde la construcción de aquella rotonda, que fue en realidad el primer
gran paso hacia lo que se avecina sin remedio ni freno.
2 comentarios:
Este centro comercial va a destrozar muchísimo la Cerdanya en general. Un McDonald’s lo que faltava... un montón de sitios de bocadillos y comida rápida por así decirlo se van a ver obligados a reducir precios o a cerrar por culpa de eso. Los pequeños negocios son los que hacen crecer la Cerdanya no estas multinacionales. No entiendo como los alcaldes de toda la comarca han podido permitir esto la verdad. Supongo que un futuro lo pagarán.
Calidad, señores con la calidad no se compite. Yo por ejemplo a lo unico que entro a un Mc Donalds, es al baño y de salida me cimo un helado. Porque sus hamburguesas son asquerosas. Asi es que los bares por este lado no tendrian de que preocuparse.
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