jueves, 21 de mayo de 2020

Puigcerdà; las farolas que llevan más de una década haciendo sólo decoración (y otros detallitos de gestión)



Cualquier gobierno que asume tarda en hacer notar su gestión, más cuando se llega con ideas, pero sin experiencia.

Al cabo de un año, aproximadamente, una vez tienen “por mano” el mando, comienzan a aplicar lo que viene a ser su columna vertebral, sobre todo si tenemos en cuenta que el primer año han de gobernar con un presupuesto heredado por el antecesor.

Albert Piñeira recibió un ayuntamiento con una serie de obras por acabar, otras a punto de ejecución y con una promesa estrella: la de construir un aparcamiento céntrico que compensara las plazas de aparcamiento céntrico suprimidas por las reformas de las Plazas Santa María, Heróis y paseo 10 de abril. 

Una legislatura más tarde y sin terminar, inauguró el parking del convento, mismo sitio que había prometido Joan Planella, pero, Piñera había prometido “otro sitio céntrico a determinar”.  

Acabó el parque de 4 caminos, obra heredada, comenzó otra ya proyectada, la plaza Vedruna, otra herencia de Planella, y así otras tantas obras -el hospital- heredadas por gobiernos anteriores, pero, proyectos de Piñeira, sólo hablamos de la nueva oficina de turismo, el  skatepark que poco más lo hacen en la montaña y en su segunda legislatura la plaza Barcelona y poco más. 

Eso sí:  2 legislaturas y un año más tarde existen muchas obras inacabadas desde la época de Planella, me viene a la memoria otra obra de la era Planella, el centro cívico.  

Menos mal que lleva 2 legislaturas prometiendo que la prioridad no serían nuevas obras, sobre todo por la falta de liquidez, producto de las deudas y de la crisis que aún persistía cuando asumió el gobierno.

Pues…prometía trabajos de mantenimiento y conservación, pero casi podríamos decir que se quedó en eso: promesas.

Otra obra que terminó pero que fue comenzada en la época de Planella: el centro cívico de Villalobent.   

Pero el arbolado de Av. Cataluña lleva 2 legislaturas esperando ser acabado.

Y si hablamos de farolas fantasma o decorativas es para alucinar pepinillos. 

En la Baixada dels Torreons podemos contemplar algunas de ellas, una docena, aproximadamente.    

La imagen puede contener: cielo y exterior



Y poco más abajo, por la misma arteria, una acera que lleva igual 5 o más legislaturas sin completarse, justo sobre el fin de esa acera, una escalera que tampoco se acaba y que tiene al menos 15 años de construida. 



La imagen puede contener: exterior
O sea, en apenas 200 metros tenemos zonas con varias cosas sin acabar. 

Farolas fantasmas o de decoración, escaleras a medio acabar y aceras que no se terminan. 

Eso sí: por donde pasan sus majestades de Barcelona que se vea todo inmaculado, mientras un vecino de la villa gracias un socavón que lleva al menos 4 años, tiene su piso hecho una porquería y nunca mejor dicho, porque las humedades que tiene son resultado del socavón.

¿Seguimos?  Vecino…tendríamos para un libro.     Coches abandonados…recordará que “casualmente” cerca de las elecciones municipales retiraron algunos y casi más que llaman a medios nacionales para decirlo.    Pero sacaron algunos, los justos para el postureo.
Podemos ver coches abandonados por toda la villa.
 
Y tenemos que hacer un capitulo aparte para las promesas que no se cumplen.

El camino de UR se prometió reasfaltar.   No está hecho.

Se prometió tomar medidas en el parking del convento…seguimos esperando.

¿Seguimos?   Otro día, si le parece.   Porque a la hora de hablar de mantenimiento es para una biblia o dos. 

El caso que las farolas decorativas o fantasma es sólo un ejemplo de las tantas y tantas cosas que no se hacen en Puigcerdá y lo claro que queda que se adecenta sólo por donde pasan sus majestades.   

Pero se dice por ahí que ha sido el mejor alcalde de Puigcerdà.   Me va a permitir, remitiéndome a los hechos, que lo ponga en duda.

Si quiere perder el sueño, averigüe a saber cuánto debe cada vecino de Puigcerdà.  

Lo que queda claro es que no se necesita mucho para equipar una treintena de farolas (mínimo) que tenemos desde hace unos 12 años como elementos decorativos, ni muchos euros para poner baldosas en unos 25 metros, ni muchas horas para terminar la bajada de una escalera. 

Vale, la deuda que hoy tiene Puigcerdà es para preocuparse, pero si hay más de 50 mil euros extras para pagar nóminas de regidores, o si se aumentó en más de 100 por 100 los gastos de los plenos…diría que calderilla para estos detalles tendría que haber ¿no?



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