domingo, 25 de octubre de 2020

Gracias CG Puigcerdà, por estas alegrías en medio de esta pandemia.

 Cuando se lucha y trabaja con ilusión y ganas, por lo general se reciben recompensas. 

Como suele decir Salva Barnola, toca picar piedra. 

Y vaya si el PG Puigcerdà ha picado piedra, hace muy poco el club estaba a punto de desaparecer, endeudado, en sus horas más bajas deportivamente hablando, con apenas apoyo ....

Pero el amarillo y negro tiene esa mística, esa garra, esa rebeldía, esa entrega, ese compromiso. 

Y a base de ganas, a base de ilusión, a base de mucho trabajo en todas las áreas del club, los resultados poco a poco fueron llegando y el sueño de volver a los viejos tiempos de gloria y triunfos se fue materializando. 

De un puñado muy pequeño ( pero tremendamente valioso) de personas que creyeron en el triunfo comenzó a germinar la semilla de la alegría, de volver a sentir que se puede.   Llegaron entonces las victorias y con ellas la gente poco a poco comenzó a seguir a su equipo .

También crecieron los apoyos.  Así como regresó el equipo femenino. 

Hará unos tres años, cuando aún emitíamos en Radio Puigcerdà el programa Puigcerdà Esport pasé por el poli y estaban entrenando los niños del CG Puigcerdá. 

Verlos y pensar en ese instante que allí había futuro y del bueno fue todo uno, decenas de niños en la pista, con un entusiasmo que....vamos. 

Mientras tanto el equipo principal seguía "picando piedra", sembrando sueños, alimentando esperanza, honrando al deporte, recuperando socios con sus partidos y transmitiendo al resto de las secciones del club ese entusiasmo. 

Todo tomaba forma, el Ave Fénix se materializaba día a día y el sueño de ser campeones ya no era tan sueño, sino una más que posible realidad.   

Y finalmente ese trabajo, ese esfuerzo, esa ilusión tuvo su merecido premio. 

Puigcerdà y la Cerdanya festejaron en medio de la pandemia el regreso a la gloria de los aurinegros, merecida victoria luego de tanto tiempo y tantas adversidades superadas. 

La pandemia sigue y vamos viviendo tiempos complicados.  

                                             (foto Núria Graells, delegada CG Puigcerdà femení)

Pero allí está el CG Puigcerdá que cada fin de semana nos regala alegría deportiva. 

Algunos estarán tristes o enfadados porque el Barcelona FC perdió el clásico. 

Otros, quizás menos, estarán felices porque el equipo femenino del CG Puigcerdà ha regresado de Donostia con sus puntos debajo del brazo, en un partido complicado pero que tuvo su recompensa. 

CG Puigcerdà no será un club millonario, ni contará con un gran presupuesto, ni tendrá en sus equipos grandes estrellas.   Pero tiene lo que debe tener para mantener en alto esta disciplina deportiva.  

Sus equipos, todos, tienen garra, entrega, dedicación, humildad y deportividad. 

El club entero trabaja como abejas obreras, en equipo, todos a una. 

Y cuando eso pasa el resultado puede ser sólo uno. 

Además de copas o campeonatos  logran transmitir alegría y seguridad, así que bienvenidos los campeonatos conquistados, sin duda. 

Pero yo les doy las gracias por las alegrías, que no sólo se dan en Copas, sino en ejemplo de superación y de muchísimo trabajo.   

Gracias entonces a los equipos, gracias al club en su totalidad, gracias por tanto.  

                                                               (foto Toni Blanco) 


Ojalá esta sea otra temporada que acabe con más de una copa ganada, pero lo cierto es que la principal ya la están más que ganando.  Y es la copa de la unidad, del trabajo, de la garra, de ....de picar, picar y picar piedra, a veces podrá parecer lejana la meta.   

Pero...al final, con vuestra preseverancia nos demuestran que se llega.  

Hoy tenemos un CG Puigcerdà fortalecido, con músculo, revigorizado, con unos equipos estructurados, que tendrán seguramente que mejorar, pero están de donde nunca debieron salir.    Posiblemente los años de vivir en "el desierto" le hayan servido para aprender algunas lecciones.  

Por muchos muchos y muchos años de alegrías y triunfos para el CG Puigcerdà, en estos tiempos es de agradecer, y mucho.    


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