
La caida de ventas provocada por la actual crisis, la marcha de cientos de personas, inmigrantes y españoles de la villa y de la comarca y la pasividad de comerciantes y del propio ayuntamiento logran preocupar al más templado.
Es evidente que desde el ayuntamiento su princpipal preocupación es incrementar el gasto, entre otras cosas en el faraonico proyecto de traslado del ayuntamiento una vez finalizadas las obras del futuro hospital.
Pero también choca ver la pasmosa pasividad de los comerciantes, quienes al menos públicamente no parecen mover ficha y poner voluntad y ganas de cara a luchar contra esta crisis que acarrea un acentuado cierre de comercios y por tanto, desempleo e incertidumbre.
Es verdad, notorio y fácilmente comprobable las dificultades para encontrar aparcamiento, es también muy notoria la falta de gente comprando en los comercios, vemos un deterioro de imagen no solo de la villa y sus comercios sino de la comarca en sí.
Las ventas caen en picado a lo largo y ancho del territorio, no somos un caso raro, basta mirar a la vecina Andorra donde han cerrado multitud de comercios, algunos de ellos de reconocida y basta trayectoria, desde restoranes con estrellas Michelin a comercios de mediana superficie con varios empleados y hasta la venta de combustible registra allí una media de un 20 por ciento menos.
También aumenta la morosidad, el cúmulo de problemas es muy alto, pero regresando a la villa, no veo signos de movimientos que muestren que alguien o algo se mueve para que la vida comercial y turística no decaiga.
Tenemos por delante y de forma inmediata la baja temporada, una vez finalize semana santa, pero ese tiempo debe de ser aprovechado al máximo, sin demoras ni dilaciones.
Urge una reacción en conjunto y debe de ser YA.
Pero desde el máximo concenso, con la mirada puesta en lo que realmente importa: reactivar la vida comercial de la villa y la comarca, para ser capital de comarca hace falta más que serlo, hay que demostrar por qué somos la capital.
Faltan servicios de la misma forma que falta de momento gente que se moje, que reclame, que luche, que grite si es necesario, que salga de este estado analéptico en que se han sumido.
Pero insisto en que debe de ser de forma urgente y en la medida de lo posible enérgica, innovadora, imaginativa, participativa, atrevida y pensada para todos los públicos.
Será que al final podremos ver a las partes interesadas trabajando juntos o será que por encontrarse hoy enfrentados no serán capaces de ver que de no hacer algo todo se irá al traste.
Derribar una casa puede llevar poco tiempo, volver a levantarla puede llevar demasiado.
Comentarios