
Cuando las cosas se ponen mal, se ven de verdad los buenos, en donde sale a relucir la capacidad de liderazgo, de convocatoria y también de tolerancia, de diálogo, de negociación, de "vender" la idea.
¿Será ésta la oportunidad del nacionalismo catalán? ¿Será ésta la oportunidad de los independentistas?
Un puigcerdanés tiene hoy no sólo la oportunidad de demostrar que sus ideales y sus principios pueden ser de verdad tenidos en cuenta, desde su punto de vista y desde su manera de ver y de ser.
Carretero puede aprovechar esta coyuntura política que lo pone "a la intemperie", en una soledad que, de manejar bien la situación, puede ponerlo al frente de un movimiento político sin precendentes en la historia política catalana.
Puede no depender, obviamente, solo de Carretero, pero, la excelente oportunidad la tiene en sus manos y puede, si en realidad posee las condiciones que se le atribuyen, ser la persona que ponga en marcha el comienzo real de un camino que sitúe a Catalunya rumbo a la independencia.
Pero no podrá solo, el camino a recorrer si bien no es el más sencillo, es quizás, el más práctico: fundar un frente nacionalista catalán.
La idea u opinión personal no es ni descabellada ni utópica; miremos el mapa político catalán: más de una decena de movimientos o partidos políticos independentitas catalanes diseminados a lo largo y ancho del territorio, todos ellos con un radio de acción geográfico puntual, con referentes puntuales, con estructuras territoriales en marcha, pero, limitadas en recursos y en liderazgo.
Si Carretero lograse unir esos mini partidos en un único frente, formando entre todos ellos una suerte de coalición partidaria, podría organizar y potenciar un partido capaz de sumar una cantidad de votos considerable y que a través de ellos, esos hasta hoy casi desconocidos partidos e integrantes, salten a la palestra política e ingresen al parlamento catalán en un número de parlamentarios suficiente como para incidir de forma determinante en la próxima legislatura catalana.
Alguno de los que leen esto pueden considerarlo una utopía o algo imposible, pues no crea usted que tanto, al fin y al cabo, la mayoría de estos dirigentes provienen de una generación que provocó la mayoría de los cambios de esta nación.
En este caso, todos los pequeños partidos catalanes independentitas, de aglutinarse en uno solo, podrían, en unos años, incluso aspirar a gobernar Catalunya, en cambio, dispersos, serían siempre inocuos, sin tener jamás la oportunidad de incidir en la vida diaria ni mucho menos aún en decisiones de caracter gubernamental.
Si de verdad estos partidos aspiran a ver un día a esta nación independiente, la opción lógica y práctica es unirse en un frente común.
Es una buena. excelente oportunidad, ¿será o sería capaz Carretero de lograr algo así? ¿o solo estamos frente a un líder de capacidad limitada en relación a transmitir y encender la vena independentista que pregona?
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