Hace unos días los vecinos de Alp en una plataforma conformada por los mismos, elevaron una serie de denuncias al alcalde.
El señor alcalde de Alp recibió en persona a los responsables de esta plataforma, escuchó sus quejas y prometió ver una por una las denuncias presentadas en relación a la violación del POUM, SALVEM LA MOLINA sin duda, ha conseguido como mínimo ser escuchada y tenida en cuenta y seguramente Ruaix pondrá todo de su parte para intentar solucionar o corregir los posibles errores.
Si comparamos a Planella con el alcalde de Alp, la diferencia es de blanco a negro, Planella los habría tildado de retrógradas, de gente que sólo saber hacer y pegar fotocopias, de ser herramientas de la oposición, de no saber nada, de tener nula visión de las cosas, etc etc.
Pero Planella sin duda no los habría recibido, el mero hecho de que portasen con ellos varias denuncias en contra de su gestión o como mínimo que las cuestionasen, ya es más que motivo suficiente para no solo no recibirlos sino de entrar en el terreno de las descalificaciones personales y profesionales, como acostumbra Planella, varias notas así lo dejan ver, en especial, aquellas relacionadas al pasado conflicto con los comerciantes de Puigcerdà.
Esa es la diferencia entre el alcalde de Alp y el de Puigcerdà.
Uno es alcalde de TODOS y escucha y recibe a TODOS, eso es ser alcalde, ser tolerante y demócrata, ser constructivo y saber escuchar, más allá de las diferencias, más allá de las posiciones antagónicas que se puedan mantener.
Ruaix es como mínimo, respetuoso de sus vecinos, independientemente si lo han votado o no, si lo cuestionan o no, si lo critican o no, aplica el sentido común y respeta posiciones.
Esa es la diferencia entre ser alcalde y creerse serlo, la diferencia entre aquel que acepta las reglas de juego establecidas implícitamente por la democracia y aquel que lejos de aceptarlas, las ignora y actúa con la sobervia y la prepotencia como bandera.
El señor alcalde de Alp recibió en persona a los responsables de esta plataforma, escuchó sus quejas y prometió ver una por una las denuncias presentadas en relación a la violación del POUM, SALVEM LA MOLINA sin duda, ha conseguido como mínimo ser escuchada y tenida en cuenta y seguramente Ruaix pondrá todo de su parte para intentar solucionar o corregir los posibles errores.
Si comparamos a Planella con el alcalde de Alp, la diferencia es de blanco a negro, Planella los habría tildado de retrógradas, de gente que sólo saber hacer y pegar fotocopias, de ser herramientas de la oposición, de no saber nada, de tener nula visión de las cosas, etc etc.
Pero Planella sin duda no los habría recibido, el mero hecho de que portasen con ellos varias denuncias en contra de su gestión o como mínimo que las cuestionasen, ya es más que motivo suficiente para no solo no recibirlos sino de entrar en el terreno de las descalificaciones personales y profesionales, como acostumbra Planella, varias notas así lo dejan ver, en especial, aquellas relacionadas al pasado conflicto con los comerciantes de Puigcerdà.
Esa es la diferencia entre el alcalde de Alp y el de Puigcerdà.
Uno es alcalde de TODOS y escucha y recibe a TODOS, eso es ser alcalde, ser tolerante y demócrata, ser constructivo y saber escuchar, más allá de las diferencias, más allá de las posiciones antagónicas que se puedan mantener.
Ruaix es como mínimo, respetuoso de sus vecinos, independientemente si lo han votado o no, si lo cuestionan o no, si lo critican o no, aplica el sentido común y respeta posiciones.
Esa es la diferencia entre ser alcalde y creerse serlo, la diferencia entre aquel que acepta las reglas de juego establecidas implícitamente por la democracia y aquel que lejos de aceptarlas, las ignora y actúa con la sobervia y la prepotencia como bandera.
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