Nomalmente no opino de algo que no sea relacionado de alguna forma con temas de esta villa o su comarca, o algo que de una u otra forma nos toque.
Pero el artículo de esta abogada, honrada y profesional, que mide de forma tan peculiar a algunas personas y expone un punto de vista tan pobre y tan marcadamente "moral", provoca que le dedique unas letras.
Les dejo el enlace del artículo y mi opinión, esta honrada señora que tanto énfasis pone en el tema debería de acercarse conocer más ese mundo al que ella cuestiona y critica. No es un mundo al que yo apoye ni conozca en profundidad, ni del que hoy quiera explorar ni explayarme aquí, eso sí, considero que no se puede hacer un jucio de algo tan serio de manera tan arbitral, tan hueco, tan deshumanizado.
9/10/2009 Edición Impresa El debate sobre el mercado sexual
Qué hacer con la prostitución
La señora Falcón desde su periódico se pregunta qué hacer con la prostitución.
Y hace referencia entre otras cosas a la honradez del señor Joan Tardá y también de Tomás y lo que más me llama la atención en sus fundamentos para criticar a una persona que propone legalizar la prostitución, Tardá, en especial por que, tomando en cuenta sus afirmaciones, el ser de izquierdas es motivo de impedimento a la hora de sugerir determinados temas, y la señora Falcón es una señora honrada, abogada, además.
La prostitución es casi tan vieja como el orbe que habitamos, pero actualmente se van agregando elementos, ya no son solo mujeres, existen hoy transexuales, travestis y HOMBRES que se dedican a la prostitución, haciendo de ello su profesión, su medio de vida.
En mi país, Uruguay, sí, país pequeño por allá, por america del sur, existen, cómo no, prostitutas, y el estado desde hace años les permite o brinda la opción de trabajar en burdeles, a cambio deben de pasar controles médicos y repetar normas elementales y básicas dentro de su profesión, entre ellas, cotizar en seguridad social.
La señora Falcón, honrada y con una profesión, que escribe en su periódico, que tiene la oportunidad de expresarse en un extenso artículo, cuando quizás este correo ni siquiera tenga la oportunidad de ver la luz y que esta buena señora que además de vivir de su profesión, escribe notas que seguramente cobra, critica a un señor que por ser de izquierdas no podría, según Falcón, proponer semejante cosa.
Todos vivimos de nuestro cuerpo, físicamente ponemos a trabajar cada día el mismo en una fábrica, en un camión, en una tienda, vosotros mismos, aporreando cada día el teclado, de cierta forma, comerciamos como las prostitutas con su cuerpo, nosotros lo hacemos con nuestros conocimientos, con nuestro intelecto.
Las modelos que se pasean con sus cuerpos en un desfile de modelos también utilizan su cuerpo como carne de exhibición, a modo de mercancía, sólo que en este caso es utilizado para que determinados mercaderes de prendas sean los futuros beneficiados, al igual que los hombres. Pero resulta que es en este caso una forma más digna de comerciar con su cuerpo, en muchos casos hasta mucho más redituable, además de legal y agradable a la vista, si se trata, por ejemplo de un desfile de bañadores.
Y olvida Falcón el caso de los deportitas que cobran sumas siderales por poner su cuerpo y sus habilidades en un campo de fútbol, tenis o incluso en una pista de carreras, jugandose la vida a más de 300 kilómetros por hora, mientras las prostitutas se juegan muchas veces la vida por escasos y míseros 30 o 60 euros, esa es la diferencia pero la señora Falcón es una señora honrada que parece tener la verdad absoluta en sus manos y además es honrada.
Legalizar la prostitución es no sólo "darles dignidad" no es sólo controles médicos, ni mucho menos es confinar a un grupo de mujeres en un punto determinado de la ciudad, no es sólo poner a cotizar a más de 300 mil personas, es, entre otras cosas proporcionarles seguridad, es abrirles las puertas a que miles y miles de mujeres puedan al final de su "carrera" poder contar con una jubilación.
Esas miles de mujeres de las cuales una parte son miserablemente explotadas tendrían al fin la misma oportunidad de ser personas como el resto, ellas comercian con su cuerpo mientras otros lo hacen con su intelecto, por ejemplo, un abogado, quien al igual que una prostituta, muchas veces miente frente al juez por su cliente, la prostituta finge frente al cliente, uno puede evitar la cárcel de un culpable con una mentira, la otra con una mentira blanca, no, pero la prostituta no es tan honrada, quizás, como la señora Falcón, que en su profesión en ocasiones puede verse "obligada" a mentir.
Y no hace referencia a los hombres que hoy se prostituyen, ellos no son dignos de su mención, no son utilizados como carne de sastifacción para algunas señoras honradas que buscan ese desahogo que su esposo o pareja le niegan, o la soledad de sus vidas que les impide tener tiempo de buscarse un señor honrado, tierno y comprensivo que le haga el amor,
esas mujeres que recurren a un hombre que se prostituye no vierten ese desahogo como los hombres, quizás la señora Falcón olvida que esos hombres a los que recurren las mujeres son también utilzados como carne que satisfacen a mujeres, mujeres como ella, honradas y de izquierdas o de derechas, católicas o ateas.
Legalizar la prostitución es entre muchas cosas sacar de la economía sumergida varios miles de millones de euros, es comenzar -no eliminar- a frenar las mafias que campan a sus anchas no solo en España sino en media Europa, es poner algo de arreglo en un mercado que existe desde siempre y que no creo que deje de existir jamás.
Yo quizás no sea tan honrado como la señora Falcón, ni mi profesión sea tan buena como la de esta señora, no defiendo la prostitución, pero no me escudo detrás de falsos pudores ni persigo utopías como las de abolir la prostitución, la prostitución tanto aquí como en casi todo el mundo la practican mujeres que así lo han elegido libremente, si bien existen las otras, esas mujeres que por no tener en determinados países un marco legal que las proteja, las explotan.
Yo no me considero de derechas ni de izquierdas, no practico religión alguna y poseo mas defectos y asimetrías morales que una piedra, soy, creo, como la inmensa mayoría de los mortales, frente a alguna religión he pecado, de gula, de deseo por alguna mujer ajena y Dios sabe cuántos pecados más he cometido y cometeré, creo ser honrado, quizás no tanto como Tardá o Falcón, pero algo seguro que sí.
Eso sí, no intento barrer una escalera hacia arriba, intento ser objetivo, aceptar algo que convive con la sociedad desde siempre, al igual que existen homosexuales o ladrones o políticos mentirosos, al igual que existe gente buena y mala, creo que sin tener que etiquetarme de izquierdas o de derechas, la prostitución debe de legalizarse y nos es algo que deba de avergonzarnos como sociedad, así como existen periodistas imparciales o médicos y cirujanos, existen mujeres y hombres que se dedican a lo que se conoce como "la profesión más antigua del mundo", profesión que por sentido común debería de ser legalizada. muchos señores y señoras honradas hacen uso de la misma, si la legalizan, hasta podrán pedir factura, eso si su honradez es tan alta y pura como su moral.
Pero el artículo de esta abogada, honrada y profesional, que mide de forma tan peculiar a algunas personas y expone un punto de vista tan pobre y tan marcadamente "moral", provoca que le dedique unas letras.
Les dejo el enlace del artículo y mi opinión, esta honrada señora que tanto énfasis pone en el tema debería de acercarse conocer más ese mundo al que ella cuestiona y critica. No es un mundo al que yo apoye ni conozca en profundidad, ni del que hoy quiera explorar ni explayarme aquí, eso sí, considero que no se puede hacer un jucio de algo tan serio de manera tan arbitral, tan hueco, tan deshumanizado.
9/10/2009 Edición Impresa El debate sobre el mercado sexual
Qué hacer con la prostitución
La señora Falcón desde su periódico se pregunta qué hacer con la prostitución.
Y hace referencia entre otras cosas a la honradez del señor Joan Tardá y también de Tomás y lo que más me llama la atención en sus fundamentos para criticar a una persona que propone legalizar la prostitución, Tardá, en especial por que, tomando en cuenta sus afirmaciones, el ser de izquierdas es motivo de impedimento a la hora de sugerir determinados temas, y la señora Falcón es una señora honrada, abogada, además.
La prostitución es casi tan vieja como el orbe que habitamos, pero actualmente se van agregando elementos, ya no son solo mujeres, existen hoy transexuales, travestis y HOMBRES que se dedican a la prostitución, haciendo de ello su profesión, su medio de vida.
En mi país, Uruguay, sí, país pequeño por allá, por america del sur, existen, cómo no, prostitutas, y el estado desde hace años les permite o brinda la opción de trabajar en burdeles, a cambio deben de pasar controles médicos y repetar normas elementales y básicas dentro de su profesión, entre ellas, cotizar en seguridad social.
La señora Falcón, honrada y con una profesión, que escribe en su periódico, que tiene la oportunidad de expresarse en un extenso artículo, cuando quizás este correo ni siquiera tenga la oportunidad de ver la luz y que esta buena señora que además de vivir de su profesión, escribe notas que seguramente cobra, critica a un señor que por ser de izquierdas no podría, según Falcón, proponer semejante cosa.
Todos vivimos de nuestro cuerpo, físicamente ponemos a trabajar cada día el mismo en una fábrica, en un camión, en una tienda, vosotros mismos, aporreando cada día el teclado, de cierta forma, comerciamos como las prostitutas con su cuerpo, nosotros lo hacemos con nuestros conocimientos, con nuestro intelecto.
Las modelos que se pasean con sus cuerpos en un desfile de modelos también utilizan su cuerpo como carne de exhibición, a modo de mercancía, sólo que en este caso es utilizado para que determinados mercaderes de prendas sean los futuros beneficiados, al igual que los hombres. Pero resulta que es en este caso una forma más digna de comerciar con su cuerpo, en muchos casos hasta mucho más redituable, además de legal y agradable a la vista, si se trata, por ejemplo de un desfile de bañadores.
Y olvida Falcón el caso de los deportitas que cobran sumas siderales por poner su cuerpo y sus habilidades en un campo de fútbol, tenis o incluso en una pista de carreras, jugandose la vida a más de 300 kilómetros por hora, mientras las prostitutas se juegan muchas veces la vida por escasos y míseros 30 o 60 euros, esa es la diferencia pero la señora Falcón es una señora honrada que parece tener la verdad absoluta en sus manos y además es honrada.
Legalizar la prostitución es no sólo "darles dignidad" no es sólo controles médicos, ni mucho menos es confinar a un grupo de mujeres en un punto determinado de la ciudad, no es sólo poner a cotizar a más de 300 mil personas, es, entre otras cosas proporcionarles seguridad, es abrirles las puertas a que miles y miles de mujeres puedan al final de su "carrera" poder contar con una jubilación.
Esas miles de mujeres de las cuales una parte son miserablemente explotadas tendrían al fin la misma oportunidad de ser personas como el resto, ellas comercian con su cuerpo mientras otros lo hacen con su intelecto, por ejemplo, un abogado, quien al igual que una prostituta, muchas veces miente frente al juez por su cliente, la prostituta finge frente al cliente, uno puede evitar la cárcel de un culpable con una mentira, la otra con una mentira blanca, no, pero la prostituta no es tan honrada, quizás, como la señora Falcón, que en su profesión en ocasiones puede verse "obligada" a mentir.
Y no hace referencia a los hombres que hoy se prostituyen, ellos no son dignos de su mención, no son utilizados como carne de sastifacción para algunas señoras honradas que buscan ese desahogo que su esposo o pareja le niegan, o la soledad de sus vidas que les impide tener tiempo de buscarse un señor honrado, tierno y comprensivo que le haga el amor,
esas mujeres que recurren a un hombre que se prostituye no vierten ese desahogo como los hombres, quizás la señora Falcón olvida que esos hombres a los que recurren las mujeres son también utilzados como carne que satisfacen a mujeres, mujeres como ella, honradas y de izquierdas o de derechas, católicas o ateas.
Legalizar la prostitución es entre muchas cosas sacar de la economía sumergida varios miles de millones de euros, es comenzar -no eliminar- a frenar las mafias que campan a sus anchas no solo en España sino en media Europa, es poner algo de arreglo en un mercado que existe desde siempre y que no creo que deje de existir jamás.
Yo quizás no sea tan honrado como la señora Falcón, ni mi profesión sea tan buena como la de esta señora, no defiendo la prostitución, pero no me escudo detrás de falsos pudores ni persigo utopías como las de abolir la prostitución, la prostitución tanto aquí como en casi todo el mundo la practican mujeres que así lo han elegido libremente, si bien existen las otras, esas mujeres que por no tener en determinados países un marco legal que las proteja, las explotan.
Yo no me considero de derechas ni de izquierdas, no practico religión alguna y poseo mas defectos y asimetrías morales que una piedra, soy, creo, como la inmensa mayoría de los mortales, frente a alguna religión he pecado, de gula, de deseo por alguna mujer ajena y Dios sabe cuántos pecados más he cometido y cometeré, creo ser honrado, quizás no tanto como Tardá o Falcón, pero algo seguro que sí.
Eso sí, no intento barrer una escalera hacia arriba, intento ser objetivo, aceptar algo que convive con la sociedad desde siempre, al igual que existen homosexuales o ladrones o políticos mentirosos, al igual que existe gente buena y mala, creo que sin tener que etiquetarme de izquierdas o de derechas, la prostitución debe de legalizarse y nos es algo que deba de avergonzarnos como sociedad, así como existen periodistas imparciales o médicos y cirujanos, existen mujeres y hombres que se dedican a lo que se conoce como "la profesión más antigua del mundo", profesión que por sentido común debería de ser legalizada. muchos señores y señoras honradas hacen uso de la misma, si la legalizan, hasta podrán pedir factura, eso si su honradez es tan alta y pura como su moral.
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