
En infinidad de ocasiones he criticado al gobierno de la villa y en concreto a Planella y como todo aquel que sigue este blog, sabe que las criticas si bien nacen con el tema de los gigantes y que más allá de eso, lo que intento es exponer mi punto de vista en lo referente a su gestión, hoy quiero escribir en relación al tema inmigración.
Planella, según mi opinión, ha aplicado un criterio cauto, de sentido común y sobre todo IMPARCIAL a la hora de empadronar gente en la villa.
Imparcial por que no existe distinción de nacionalidad a la hora de aplicar ese criterio, bien puede ser africano, europeo, sudamericano o inclusive catalán.
Contrato de alquiler, cedula de habitabilidad y si las personas que no figuran en el libro de familia o en el contrato desean empadronarse, deberán de contar con la autorización expresa del propietario.
La cedula de habitabilidad evidentemente es la confirmación que el piso arrendado cuenta con las instalciones necesarias y en buen estado como para ser arrendado, punto imprescindible para ello.
Independientemente de tener permiso de residencia, visado o solo pasaporte, lo que exige el ayuntamiento es algo que acredite la identidad del aspirante a empadronarse, repito, sea de la nacionalidad que sea.
La autorización expresa del propietario evita la formación de pisos patera o limita considerablemente su expansión al tiempo que alienta a formar parte del padrón para acceder a las prestaciones mínimas, educación, salud entre otras.
Planella, a mi juicio, y la regidora Lourdes Porta junto a la técnica de inmigración realizan una labor a conciencia, en donde se agregan contínuos aportes de cursos, torneos y hasta una fiesta multicultural.
En las próximas elecciones municipales muchos de los que hoy viven y trabajan en la villa valoraremos esta actitud, independientemente de otras o en su conjunto, Planella ha aplicado en el tema inmigración un criterio justo, de orden y de equilibrio y es en este sentido en donde puedo decir sin temor a equivocarme que puedo matizar en algunas cosas que hacen en inmigración, pero no estar en desacuerdo.
Todo lo contrario al señor Vila de Vic que pretende y de hecho lo está logrando, encender la mecha xenófoga, que aspira a retener el gobierno municipal gracias a medidas que violan la actual ley de inmigración.
Si en algo coincido con Planella es que más allá de otras cosas, en materia de inmigración, su actuación es digna de destacar, de apoyar y de divulgar.
En otras cosas seguiremos o no en posiciones opuestas, seguiré quizás cuestionando otras actitudes, pero en materia de inmigración, sin ser como Vic, pioneros, ha sido correcto y hasta podemos afirmar que en casos concretos se "mojó".
Evidentemente, creo que aún queda camino por recorrer, que el diálogo con inmigración habría de ser más fluido, que debería de haber una interacción y más trabajo en conjunto entre inmigrantes y el ayuntamiento, pero se avanza.
Es posible que debido a este triste tema que ha encendido Vic se produzcan hechos y actuaciones que más de uno lamentará, de la misma forma que esto me lleve a comentar más a fondo la actuación el área de inmigración de la villa, pero lo cierto es que Planella en este sentido, se lleva una puntuación de un 8.
Algunas cuantas cosas que este ayuntamiento hace en materia de inmigración deberían de ser tenidas en cuenta por el electoralista Vidal, que lejos de aplicar la ley se aleja de ella y es incapaz de proponer salidas dignas a su ciudad, más bien todo lo contrario, elige el camino fácil, castigando al más desprotegido.
Vidal aduce que "es sólo un 2 por ciento" los indocumentados, puede ser, pero ese dos por ciento SON PERSONAS, NO NÚMEROS, al menos en esta demagogia e hipocresía barata no lo he visto ni espero verlo a Planella.
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