
Corren días en donde los actores políticos deben de actuar reflexivamente, sopesar las decisiones, sobre tod y ante todo, aquellas relacionadas con los dineros públicos, con los presupuestos.
Desgaciadamente, existen algunos políticos que aplican exactamente todo lo contrario, arriesgan obviamente dinero que no es suyo sino de los contribuyentes y hasta ponen en riesgo la estabilidad de todo un municipio, apostando a un futuro incierto, de dudosa aplicación inmediata.
La salida a la actual crisis no permite avizorar una pronta solución y mucho menos que ésta se justamente se vea reflejada activamente en esta comarca y en particular en la villa de Puigcerdà.
El alcalde de la villa, además de hacer gala de tener una bola de cristal y ver -además de afirmar categóricamente- que en el 2014 la villa contará con nuevos 3500 habitantes, se aventura a aumentar significativamente el presupuesto en unos 5 millones de euros.
Aún cuando acaban de admitir en días pasados que el padrón ha sufrido la baja constatada de más de 300 personas (ahora entonces deberán ser 3800 los nuevos habitantes), producto de la actual coyuntura, Planella afirma estar "plenamente convencido" que con la urbanización de dos nuevos barrios más otros ingredientes similares, tiene la "receta" para justificar tamaño presupuesto.
El tema es que sólo Planella ve con optimismo -o con su exclusiva bola de cristal- el futuro inmediato en el cual los terrenos se urbanizarán, LA GENTE COMPRARÁ Y SOBRE TODO PAGARÁ y la villa seguirá creciendo demográficamente, en contra de la actual tendencia, incluso cuando falta revisar el padrón este abril o mayo y comprobar que se han marchado al menos otros 50 inmigrantes, cifra mínima.
En una villa que cuenta en la actualidad con una cifra cercana a los 300 pisos vacíos, en donde incluso se producen dificultades para llenar el cupo de aspirantes a pisos de protección oficial, el alcalde se moja e incrementa el presupuesto, al punto de comprometer seriamente la próxima administración.
O quizás debería malpensar y ser yo el que haga futurología, entonces diría que su optimismo y su mentada y comentada temeridad es deliberada, consciente que el apoyo popular con el que contaba no es ni cerca del actual, que es más que improbable que gane las próximas elecciones, el camino elegido es atar de pies y manos la próxima administración municipal y encima luego desde la segura oposición asegurar que en la suya las cosas sí pudieron hacerse.
La fusión de las caixas se demora y eso produce una negativa de concesión crediticia que pone negros y espesos nubarrones en su ambicioso y optimismo plan de urbanización, eso, sumado a una desocupación galopante, a una creciente falta de solicitudes de construcción, en una villa en donde el comercio sufre una baja considerable, el ayuntamiento sufre una crisis de optimismo que preocupa.
Nada de moderación, ni de ser cautos, ni de reflexión, mejor ser audaces, claro que todo esto, con el dinero de los contribuyentes, poniendo en riesgo a otros, pero anteponiendo como argumentos nada sólidos y sin sostenibilidad en el futuro inmediato, Planella incrementa su presupuesto "austero, responsable y medido".
Justo y adecuado a los tiempos que corren. Sigo creyendo que deliberadamente apuesta de dejar a las arcas de la villa seriamente comprometidas.
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