
La nota que leerán a continuación refleja en un cien por cien mi visión de los políticos.
Se la dedico especialmente a Planella no por que lo vea a él específicamente retratado aquí, en este artículo sino para que sepa que lo que escribe el señor Juli Capella es desde y hasta la última letra lo que pienso de los políticos.
Dicho esto, le dejo a Planella, que me acusó de aspirar a formar una plataforma política y sindical la siguiente pregunta: ¿si pienso así de vosotros, cree usted que puedo aspirar a algo en política?
Va a ser que no. Pero usted ve fantasmas por todos lados.
¡Adiós, partidos políticos!
Adiós partidos políticos, que una vez fuísteis instrumento de transformación y hoy lo sois de manutención.
Adiós, porque os habéis convertido en máquinas amorfas de gestión sin ideología. Adéu, porque solo prometéis lo que quiere oír la gente.
Porque os habéis convertido en un trust que defiende sus propios intereses y no a sus votantes. Adiós, aparatos aparatosos, que habéis pervertido vuestra organización, cada vez más blindada y burocrática.
Adiós, porque todos estáis manchados por una financiación turbia e ilegal. Good-bye, por haber perdido la ética buscando desaforadamente la aritmética. Agur, por recolectar adictos en vez de afines, fieles en vez de fidedignos, empleados en vez de colegas.
Adieu, porque vuestro corporativismo os deslegitima. Adeus, porque todos elaboráis el mismo programa electoral pensado para contentar a todos, y que sabéis perfectamente que no cumpliréis.
Adiós, porque solo os distingue la prioridad de subsistir y solo os preocupa lo que dirán los medios de comunicación.
Auf Wiedersehen, porque tener militantes es ya una aberración anacrónica y premonitoria. Adiós, porque, desde vuestros despachos, siempre os enteráis tarde y mal de lo que pasa en la calle. Adiós, porque no sois ejemplo de transparencia ni de renovación. Adiós, porque todavía seguís eligiendo a vuestro líder con el 95% de los votos.
Adiós, porque en aras de la eficiencia habéis cancelado el debate y la discrepancia. Adiós, porque cada vez estáis más lejos de la gente y más cerca entre vosotros. Ciao ciao, porque os asusta la gente que destaca y preferís entre vuestras filas a mediocres.
Adiós, porque oléis a rancio y a cerrado. Porque os defendéis entre vosotros a costa del ciudadano, secuestrándolo de la política. Au revoir, porque intentáis silenciar a otras organizaciones sociales y movimientos políticos que no podéis manipular y os van quitando terreno.
Adiós, queridos partidos políticos, os estáis cargando la democracia que un día ayudásteis a forjar. Sin duda fuísteis útiles, gracias por los servicios prestados, pero el siglo XXI os dice adiós, sin nostalgia.
Comentarios
Encuentro una suerte que podamos expresar libremente nuestras opiniones, estemos o no de acuerdo.
P.D.-Te envío el escrito integro. Normalmente los cuelgo en un grupo que tengo en Facebook al que aprovecho para invitarte.
http://www.facebook.com/group.php?gid=63590457368
Al paredón
En antena Xavier Sala i Martín explicando algunas de las pirulas que el sistema económico y financiero ha usado, usa y usará para enriquecerse virtualmente.
Por lo oído, tanto empresas como países hacen válido el refrán “Hecha la ley, hecha la trampa” para beneficiarse a corto plazo e ir hinchando el globo.
Y me pregunto yo: ¿Por qué se sigue alimentando al monstruo?¿Por qué los expertos no hacen nada, mientras siguen cobrando por sus consejos, saliendo por la radio explicando la problemática y, lo más curioso, la solución?
Ya no sé a quién culpar, si es que hay alguien físico y real que verdaderamente se lucre con estas maniobras, ¿el club Hilderberg, una conspiración judeo-masónica, los Iluminatti, Bill Gates?
Desearía haber estudiado más, o tener amistades con las que poder discutir y despejar mis dudas. Recuerdo la indefensión del particular anónimo cuando quebranta la ley y todo su peso cae sobre él, mientras la impunidad del grande le permite seguir sujetando la venda a la Sra. Justicia.
El día de ayer estuvo marcado, entre otras cosas, por la expectación generada por un posible pacto de estado entre Zapatero y Rajoy. La ignorancia me impide opinar sobre las ventajas o inconvenientes del llamado pacto de estado. No sé lo que supondría y no logro asimilar que el partido del Gobierno y el de la oposición se pongan de acuerdo en algo.
Al terminar la sesión en el Congreso el “todo sigue igual” vendría a ser el titular que yo le pondría. ZP insistiendo como desde hace meses en que España está saliendo de la recesión y don Mariano exigiendo improbables e imposibles. Hoy nadie va a levantar la voz más de lo normal, se va a seguir con la cabeza gacha, resignados a vivir con esta clase política tan ruin, mezquina y distanciada de la realidad.
Me sorprendo de/a mí mismo pensando que preferiría que en estos momentos de crisis, el monarca campechano que vive a nuestra costa demostrara su cercanía al pueblo dando un puñetazo en la mesa, cogiendo las riendas de su país y ganándose un poquito ese sueldo que tiene, que vive a cuerpo de rey ¿no?
A las ocho de la mañana, Jordi Basté en su programa “El món a Rac1”expresaba su opinión respecto a la clase política. Por mucha indignación que sienta, por mucho que esta semana haya abierto los micrófonos a la ciudadanía que sufre la crisis (aunque para ello hiciera falta que una amistad suya le confesara que no podría llegar a fin de mes), no me sirve que me digan sus tertulianos que no hay alternativa.
Por supuesto que la hay, pero no sé si a estas alturas la gente estaría por la labor.
En mi opinión, propongo una revolución francesa, tomando el Congreso y hacer uso de la guillotina.
Propongo hacer pasar uno a uno a todos los políticos que gozan de privilegios económicos por no hacer nada en bien de su país por un entarimado y ser interrogados públicamente. La gran pregunta sería: ¿Está dispuesto a seguir ejerciendo su cargo, cobrando el sueldo mínimo interprofesional y servir así a su país, como se supone que debería haber hecho?
Esto en el mejor de los casos, porque están tocando tanto lo que no suena, que ni entarimado ni juicio justo ni hostias, nos mentirían como vienen haciendo desde mucho antes de sentarse en esa poltrona que no sueltan ni p’atrás.
Todos a la puta calle sin derecho a pensión y con todos sus bienes embargados en pos de salvar la economia nacional.
A veces me siento tiránico, dictador y antidemocrático por pensar como pienso, pero es que no me gusta oír que no hay alternativas cuando lo que pasa es que somos demasiado covardes para buscarlas...¿o es que somos demasiado tontos para encontrarlas?