
El señor presidente de la asociación de comerciantes de Puigcerdá escribe un artículo donde habla de sensaciones y realidades.
Jolines...............
Han gastado según este señor una suma importante para encargar un informe que la realidad a la que este señor hace referencia es tan pero tan evidente que hasta un ciego sería capaz de verla, de sentirla y percibirla, pero hace falta gastar una buena suma de dinero para "certificar" que es así.
Coincide (menos mal) que la remodelación de las plazas ha perjudicado notoriamente al comercio y que la falta de plazas de aparcamiento, la mala señalización, la pésima gestión del transito y la más que evidente falta de estudio previo a esa remodelación son las causantes de que la crisis se agudize aún más de lo necesario en la villa.
Es que este gobierno municipal encabezado por Planella ha comenzado la casa por el tejado, desde la improvisación, desde la soberbia, desde la imposición.
El tiempo es juez y testigo, le otorga, por desgracia a los comerciantes.
Y ahora, en un acto no muy propio de este señor alcalde, se abre al diálogo, coordina e impulsa junto a los comerciantes un estudio para elaborar una estrategia para el futuro comercial de la villa.
Madre mía, si esto no es el colmo de la improvisación que baje Dios y lo diga, encima los comerciantes se sientan a "dialogar" cuando lo que tenían que hacer es reclamar las responsabilidades políicas que ha llevado al comercio de la villa a enfrentarse a una situación de la que ellos en su oportuno y justo momento advirtieron de sus consecuencias.
Ahora muchos de esos comerciantes están con el agua al cuello, ¿hacía falta esto? yo creo que no, ¿ servirá de algo el estudio caro que han encargado? ¿o el mismo ha sido pedido a más que destiempo? ¿o quizá el estudio traiga consigo un milagro de elevar las ventas?
Ahora se dan cuenta y admiten que lo que se paga por estacionar en la villa es caro o carísimo, ahora, luego de darse de morros contra la realidad, no la sensación, de que hace falta un estudio, cuando en realidad lo que hace falta es mucho más sencillo, economico y rápido: enfrentarse a la realidad.
Si los comerciantes realmente desean salir del pozo en que la mayor parte de la culpa de que estén allí es del gobierno municipal el cual a través de sus acciones ha conducido al comercio de la villa a una situación delicada tirando a grave.
Ginesta se pregunta cuántas empresas han de adaptarse a la realidad de hoy.
Hace poco más de un año en este mismo blog formulé la pregunta Puigcerdà ¿la hora de reconvertirse? por desgracia ninguno de los comerciantes, de forma pública al menos hizo eco de ese comentario, aunque de manera informal hubo algunos que sí vertieron comentarios, otros, aquellos que no hablan pero sí critican a los comerciantes al punto de decir que sólo servían para pegar 4 carteles y hacer fotocopias, sí tomaron nota de ese comentario mío y decidieron que algo había que hacer.
El díscolo que critica es odiado, cuestionado, criticado, a veces amenazado de forma cobarde y grotesca, pero resulta que es leído y curiosamente, aquellos que de cara a determinada gente se ríen de lo que digo, en privado, en 4 paredes, algunos de mis comentarios pesan al punto de que se toman muy en cuenta, por algo será, algo de razón este crítico a la gestión del ayuntamiento, tendrá.
Es evidente que para revitalizar el comercio de la villa hacen falta tomar medidas, pero no gastar en un estudio que nos diga y nos demuestre aquello que está tan a la vista que parece puesto allí para que lo vea cualquiera con un mínimo de materia gris.
Cabe ser valiente, cabe ser decidido, cabe ser responsable y vivir la realidad, cabe entonces, más allá de estudios de espaldas a la gente y elaborados por gente que ni vive aquí, ni puede ser capaz de entender con números y estadísticas, o con fríos y distantes análsis, enfrentarse a la actual coyuntura, no de sensaciones, no de percepciones, sino de vivir la la realidad.
Por desgracia, los expertos en marketing se especializan en grandes superficies y con densidades de población y comportamientos que nada tienen que ver con esta particular comarca en la que vivimos, nuestra realidad poco tiene que ver con la realidad de estos expertos.
Realidad que nos da el ver la recaudación de cada día, realidad que nos muestra una villa con al menos 1200 personas menos que hace dos años, aunque el padrón nos diga que sólo faltan 330 personas o algo así.
Decenas de pisos por no decir que son más de 250 sin alquilar, y no hablamos de los que propusimos refaccionar en su justo momento, hablan de que son pero que muchas las familias que han marchado de la villa y de la comarca.
Comercios que abren y no llegan al año de vida, bares vacíos, calles semidesiertas aún en fines de semana.
¿Han realizado una encuesta los comerciantes? ¿le han preguntado a sus vecinos qué hace falta en la villa? ¿le han preguntado si les parece que los precios están a la altura de lo que ofrecen? ¿les han preguntado si pueden aparcar cerca de los comercios o si por el contrario cada día les es más complicado hacerlo a menos de 500 metros de la zona comercial?
¿Le han preguntado a los vecinos de las villas cercanas a Puigcerdà si continúan visitando como antes la villa? ¿ se han autocuestionado su actual gestión comercial? ¿ se han preguntado si la oferta de cara al público es la que el público busca y quiere?
¿ O se les ha pegado la costumbre del ayuntamiento de hacer las cosas de espaldas a la gente sin preguntar lo que de verdad quiere la gente?
A los gobiernos los soportamos por que no queda otro remedio, pero somos libres de comprar allí donde nos parece que nuestro dinero rendirá más.
Y esa falsa percepción de que el que tiene poder adquisitivo alto no se preocupa en lo que gasta es el peor engaño, desde hace más de dos años, la gente de segunda residencia llega desde Barcelona o su lugar de origen hasta con la compra del súper hecha.
Incluso se organizan cenas en casas de amigos de forma frecuente, con cifras de comensales que van de 12 a 30 personas.
¿Es esta tendencia acaso una forma de compartir y estrechar lazos de familia y amistad? ¿ o es que esta gente ha hecho números y prefiere pasar una noche o tarde amena y que al finalizar la misma su cartera no sufra una especie de vacío?
¿ no será ya hora de afinar el lápiz? ¿no será hora de pensar en brindar una oferta comercial orientada a gente de poder adquisitivo medio?
¿no sera hora de despertanos y ver que la época de las vacas gordas pasó?
¿será acaso el momento de replantear esa estrategia y pensar en una villa menos agresiva (menos cara o mucho menos cara) y dar o generar la sensación de ser asequible y acogedora?
Basta mirar la villa de Alp, hace algo más de un año aparcabas donde querías por que sobraba espacio, ahora, has de ir mirando el lugar por que apenas si encuentras donde hacerlo.
La cosa es clara: los vecinos de otras villas están hartos de multas, de ir a Puigcerdà a pagar más, a no poder aparcar, a pagar más caro y están optando a cruzar el túnel, ahorrar o quedarse en sus villas y no pasar malos tragos.
Aún es tiempo de minimizar o atenuar los afectos de la remodelación, del voraz apetito de SABA, de la negligencia y de la falta de previsión del ayuntamiento, pero los comerciantes han de sobrevivir a todo ello, han de recurrir a la imaginación, a la picarezca, al marketing inteligente, a una promoción contagiosa, al ingenio, al fin y al cabo, es vuestro capital y puede que el futuro propio y el de vuestros hijos el que está en juego.
No siempre los caros estudios y los afamados tecnicos tienen la solución, a veces es cuestión de instinto, de voluntad, de olfato comercial, de valentía, de optimismo, de instito de supervivencia. NUNCA SE PUEDE COMENZAR LA CASA POR EL TEJADO, NI BARRER UNA ESCALERA DE ABAJO HACIA ARRIBA.
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