
Se acercan las municipales y los hasta hoy todopoderosos se ponen nerviosos.
No esperaban tremendo varapalo en las autonómicas, ni tanta pérdida de poder, confiados en su fortín llamado tripartito, con el que todo podían con el que aspiraban amortiguar la derrota.
Pero no ha sido así y en la villa de Puigcerdà los vecinos le han dicho a Planella que ya está bien, que están cansados de su demagogia y su prepotencia,
Planella que acusa el golpe, reacciona rápidamente y acude a su mentor en busca de ayuda, con el argumento de que "la derecha revanchista y sumisa ante España nos hará retroceder en nuestro sueño independentista", Carretero que llegó a decir públicamente que eso era una IMBECILIDAD, se la pensó, alimentó su ego y decide jugar su última carta política, regresando como salvador y profeta a su tierra.
Aún así, tanto uno como otro son más que conscientes del desgaste natural, aderezado exquisitamente por una gestión lamentable en los dos últimos ejercicios de gobierno, con unas consecuencias que saltan a la vista.
Una deuda municipal que afixiará al próximo gobierno, una gestión de residuos inexistente, una gestión de gobierno que hasta hace sólo unos días se realizó de espaldas a los vecinos, ignorando sus reclamos y sus voces.
Con la reforma de las plazas como bandera y la construcción del hospital como sus grandes logros, logros e ideas o proyectos impulsados por Carretero y medallas que hoy se cuelga Planella como cosecha propia, cuando todos sabemos quién de verdad se las merece.
Aparcamiento escaso y por demás caro, sin tener en cuenta que cada día son más los que desisten de visitar la villa no sólo entre semana sino en los fines de semana, optando por otras villas de la comarca, dada la carestía tanto del aparcamiento ( cuando se aburren de gastar gasolina y no encuentran sitio se largan) el comercio de la villa asiste impotente a su lenta agonía y posterior cierre de comercios.
En estos últimos días hemos sido testigos de varios cierres y al parecer se producirán aún muchos más, producto de las bajas ventas.
Una villa deformada, con una transformación que la ha empujado a una pérdida de identidad y de encanto, desde las plazas frías y sin personalidad al campanario que se asemeja a un puticlub.
Ahora Planella recuerda que en la villa también hay inmigrantes, que por cierto, votan en las municipales y en estos días va a por esos votos.
Es como el que va perdido en el desierto, en la búsqueda desesperada del oasis que le otorgue esas gotas de agua que le permitan seguir con vida, en este caso vida política.
Pero va a por un porcentaje de esos votos, no de todos, incluso de esos votos que espera conquistar puede que no logre ni un 20 por ciento y eso con mucha pero mucha suerte.
Somos inmigrantes, no aquellos indígenas que Colon les ofrecía cristales de colores, provenimos de una región que está cansada de milongas y cuentos, ya nos conocemos los versitos, las promesas y los falsos argumentos de aquellos que nos creen idiotas.
Resulta hasta cómico ese intento que se producirá en pocos días, pero bueno, se dice que el peor intento es aquel que no se lleva a cabo.
Olvida que se ha permitido el lujo de ignorar y basurear a una entidad, olvida que para una porción que Planella desconoce, al igual que sus asesores, colaboradores y consejeros que creen conocerlo todo en temas de inmigración, esa porción de inmigrantes tiene pero que muy presente todas las puteadas que nos han hecho.
Esos 4 gatos que en su momento ignoró, esa entidad que despreció, de dejó de lado deliberadamente, esos 4 gatos que intentaron colaborar con propuestas y que vieron cerrarse delante de ellos y de un portazo la puerta de la integración le pasarán factura.
Será en donde más le duele y como más le duele.
Planella puede presumir de conocer a sus vecinos de toda la vida, pero cometió el error de machacar y dejar machacar a la colonia inmigrante con al menos dos de sus regidores, pero se olvidó de conocer a los inmigrantes, sus peculiaridades, sus problemas, su manera de ser y que conste, una muestra ni alcanza ni es capaz de mostrarle la complejidad de lo sencillo que encierra la colonia inmigrante.
Presumir de conocer a sus vecinos pero no presumir de aceptar los inmigrantes por lo que somos, lo que representamos, lo que aportamos y una cosa es un campeonato de futbol y una multicultural y otra pero que muy diferente trabajar por la integración, en resumen: palabras son sólo palabras, pero yo me remito a los hechos y los hechos nos demuestran otras cosas.
Y las palabras se las lleva el viento, pero no todas, las que están escritas o grabadas no, las ofensas no se olvidan, las puñaladas traperas tampoco, la inmigrafobia es una palabra que muchos "gatos" conocen bien, sobre todo su definición.
Una entidad que de verdad pretende integración puede darse el lujo de esperar su momento, por que algo sabemos de muros y de puertas cerradas, algo sabemos de lucha, algo sabemos de saber esperar, de tener paciencia, memoria.
Planella debería haber echo un esfuerzo para conocernos mejor, echo un esfuerzo de tolerancia, de integración.
En mayo, algunos cuantos 4 gatos le recordarán esto.
Los de abajo, al no poder bajar más, no hacemos ruido cuando nos movemos, hablamos como dejando caer los comentarios.
Tenemos más que presente que debemos de ser como los teros ¿conoce los teros, señor Planella? puede preguntar, entonces, cuando sepa qué son los teros, cuando se entere de su estrategia para sobrevivir, quizás comprenda que algunos pobres inmigrantes imbéciles quizás no lo sean tanto, eso sí, no vale sólo saber qué son los teros, ni su estrategia, hay que comprenderla.
Tiene unos meses por delante, oportunidades tuvo muchas, en unos días hablará con una parte de los inmigrantes, la otra, la que ignoró y rechazó ya le dio oportunidades más que suficientes, además para usted no existimos por lo cual no creemos que justo ahora nos recuerde, ni que seamos importantes para usted.
Claro que no todo lo que brilla es oro, a ver si va a usted por la liebre y se acaba comiendo el gato y encima no el padre sino al hijo. Pero como usted está arriba y desde ese altar se puede ver todo...........................................
Claro que en ese arriba suyo no hacemos falta, no nos conoce, ni sabe cuántos somos, ni nuestra capacidad de diálogo, ni de movimientos, conoce a este servidor pero ni siquiera de este servidor sabe nada, puedo ser un tero que agregó además los conocimientos de las termitas y puede que hoy algunas casas que se consideraban fuertes tengan sus vigas principales carcomidas.
Esa es la diferencia, usted se dedicó a ignorarnos y nosotros, como teníamos tiempo, a conocerlo.
David y Goliat. Piense en eso, en los teros y en las termitas, estamos abajo, tranquilos, no nos podemos caer, en cambio, todo lo que sube rápido, suele caer aún más deprisa, por eso el arriba está nervioso. Los teros no.
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