
nota publicada en El Follet de abril.
Conocernos
El color de la piel. La procedencia. La lengua. Ya un poco más lejos las diferencias culturales, incluso las religiosas. Lo cierto es que en la última década Cataluña ha visto incrementada su población gracias a la llegada de más de un millón de inmigrantes.
Barcelona y muchas otras ciudades ven en diversas épocas del año cómo sus calles se llenan de colores, sea en carnaval o en fechas señaladas como podría ser el año nuevo chino.
Una vez más Cataluña abre sus puertas como lo hizo en la década del 60, cuando eran los andaluces los que llegaban persiguiendo el sueño de una vida mejor, dignificada por el trabajo, cimentada por la seguridad de encontrar para ellos y sus hijos un futuro posible.
Hoy cambia la procedencia pero no los motivos. Cientos de miles de personas llegan a esta maravillosa tierra de acogida, quizás sin que muchos nos demos cuenta, la convertimos aún en más multicultural de lo que ya era.
Una tierra habitada por gente amable, tolerante, abierta, solidaria, gente que lucha en su día a día por hacer de Cataluña una tierra de oportunidades, de segundas oportunidades para mucha gente.
Los inmigrantes conscientes o no de ello, estamos construyendo esa Cataluña plural, rica en diversidad.
Nos queda mucho camino por recorrer. Nos queda conocernos y desde ese conocimiento edificar juntos la Cataluña soñada que merecemos todos.
Y esa es la oportunidad que la inmensa mayoría de los inmigrantes queremos, la de conocernos, ya nos abrieron las puertas del trabajo, la del conocimiento de otras tradiciones ricas y sumamente interesantes y por qué no, ancestrales, como pueden ser las danzas, las collas de castellers, recientemente reconocidas por la UNESCO como patrimonio de la humanidad.
Por delante nos queda a los inmigrantes y autóctonos conocernos, como personas primero, como diversas culturas que pueden convivir e intercambiar conocimientos, para enriquecer esa diversidad de la cual hoy cuenta esta tierra de acogida.
Nos falta trabajar por esa integración y uno de los caminos podría ser un pedido: a todo aquel que hoy lea este artículo y ame esta tierra al tiempo que defiende su lengua propia; en cada oportunidad en que se dirijan a un inmigrante, háganlo en catalán y sólo si ven que no entendemos entonces, en castellano.
Puede ser una forma de alentarnos e incitarnos a hablar aún equivocándonos al principio, el catalán, si coinciden conmigo, por favor, hagan el esfuerzo, la mayoría de los que estamos aquí hemos llegado para quedarnos, para conocernos y acercarnos uno de los caminos es hacer de la lengua catalana la primera vía de comunicación.
Y dentro de ese pedido, comentarles que numerosos inmigrantes esperamos de brazos abiertos a los catalanes que deseen compartir parte de su tiempo en conformar parejas lingüísticas, como una forma de ayudarnos a “lanzarnos” a hablar el catalán. ( Pueden acceder a la formación de parejas desde el Consell Comarcal, a través de Manel Figueras).
Que vuestra lengua propia sea en un futuro cercano también la nuestra para que juntos, codo a codo, podamos avanzar mejor hacia esa Cataluña que todos soñamos y merecemos.
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