El domingo 27 de noviembre tuve la mala suerte de enterarme en carne propia lo que significa un cólico nefritico, a primera hora de la mañana y luego de una madrugada infernal, ingresé en urgencias del hospital de Puigcerdà, atendido en minutos y luego de un par de horas enviado a casa.
No vamos a entrar en muchos detalles, sólo decir que a escasas horas y sintiendome bien me fui a trabajar y a media tarde los dolores volvieron a pesar de los calmantes, aún así acabé el turno aceptablemente bien. Pero el lunes ya no era tan fácil aguantar el tema y a la tarde otra vez al hospital, cambio de medicamentos, etc. Madrugada de más dolores, etc, martes fatal y así hasta el miercoles que el médico dijo: hasta aquí, directo a urgencias e ingreso inmediato.
Confieso mi total adversión a batas blancas, agujas y todo lo que sigue, más que adversión, podríamos decir pavor, pues........al igual que el primer día calmantes y todo eso pero ya en plan erradicar el dolor, minutos más tarde el ingreso y así hasta el sábado a mediodía que tuve el alta.
No es que mi vida haya corrido peligro, no se trata de eso, se trata que el personal que me atendió, del primero al último merece mi reconocimiento, por su profesionalidad, por su saber hacer, por su humanidad, por que fuera de la situación cada uno de ellos me dejó la sensación que la preocupación de devolverme a mi estado normal era auténtica.
Menos que darle un GRACIAS gigante al personal del hospital de Puigcerdá que me atendió no puedo hacer, gracias a todos, perdón por no dar nombres por que sería injusto dejar a nadie afuera, sobre todo el domingo donde sinceramente ingresé con fuertes dolores.
Gracias por la atención, algunos podrán decir que hacen su trabajo, algo de razón llevan, pero lo hacen o al menos así lo veo, no cumpliendo un horario sino desde la vocación, desde el lado humano, por que intentan y de hecho lo hacen de maravilla, cubrir con profesionalidad y mucha humanidad las posibles carencias que puedan existir debido a los recortes.
Gracias a todos, enfermeras/os, médicos, camillero, personal de limpieza, laboratorio, urgencias, médico de cabecera, en fin, del primero al último.
Repito; no es que haya sido algo especial ni mucho menos, en mis 47 años de vida es la primera vez que ingreso internado a un hospital, tan sólo un accidente laboral me llevó a estar en urgencias, pero nunca ingresado. Pues.........no sé si llegarán ellos a leerlo, pero siento que darles las gracias es lo mínimo que puedo hacer hoy.
Ayer domingo para completar mi suegra sufrió fractura de femur y se encuentra ingresada desde ayer noche y desde el personal de ambulancias que la trasladó a todos y cada uno de los profesionales la han atendido de maravilla y me consta. Doble GRACIAS.
Por que demuestran cada día y cada minuto que las personas que se dedican a la salud son eso: personas que se dedican en cuerpo y alma a intentar curarnos, personas que nos calman, nos curan, nos hacen sentir incluso mimados. Alguno puede pensar que están para eso, yo digo que desde la vocación se forman y preparan, pero hay algo que traen de la cuna: su humanidad.
Mil gracias a todos.
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