El presidente electo le aprieta las clavijas a Mas y le recuerda quién manda y quién es que realmente tiene poder de decisión. Catalunya necesita aprobar el presupuesto del 2012 y eso sólo será posible si el PP da la bendición, pues bien esa bendición tiene su precio y parte de él es el repliegue de las “embajadas” catalanas.
La primera de las víctimas pero no la última es Martí Estruch, “embajador” en Berlín al cual sin duda alguna lo seguirán los demás altos cargos designados en las demás “embajadas” catalanas las cuales pasarán a ser meras oficinas de promoción económicas y serían ocupadas por personas con contrato laboral. Al día de hoy sólo quedarían 2 “embajadores” en pie y con los días contados, Andrew Scott Davis en New York y Jordi Font en Buenos Aires esta última cuenta con todas las papeletas para su cierra y así reforzar la actividad de la “embajada” de Brasil, emplazada en San Pablo.
El PP vería así satisfechas sus exigencias y con la excusa de recortes presupuestarios cortaría de cuajo las pretensiones soberanistas catalanas, en algo que marca sólo el comienzo de los tijeretazos a Catalunya y no precisamente económicos que seguramente los tendrá sino de carácter nacionalista, demostrando con hechos que al PP esto de la soberanía o nacionalismo ni le gusta ni está dispuesto a permitir que prolifere. A ver si una de sus mayores fuentes de ingresos se le acaba yendo todavía, ya tenían el freno más que preparado y nada de esperar a ser gobierno, a hacerlo y hacerlo ya y si la excusa es los recortes, pues vale, sirve.
Al presidente de la Generalitat no le queda más que acatar la orden del gran jefe Mariano o de lo contrario el presupuesto del 2012 no será tal, lo dicho, esto es sólo el comienzo, Rajoy ni necesitó golpear sobre la mesa, tampoco tiene ni tendrá necesidad de negociar pues tiene y tendrá todo el poder durante 4 años, así que legitimado por las urnas saca tijeras sin pudor alguno y recorta donde más le interesa y no donde quizás más falta haga.
Y a Mas sólo le queda bajar la cabeza, callar y obedecer, ni socios ni negociar pues ni está ni estará en posición de exigir ni negociar, ni nada parecido, el PP manda, Rajoy manda y de paso tampoco es Mas quien elige a los nuevos “embajadores” sino que por un tema táctico y de alianzas el que sale complacido y fortalecido es el señor Duran i Lleida, así que el presidente catalán no es precisamente el que decide sino que en estos casos acata y por otro lado, complace. Atrás quedan las pretensiones de pacto fiscal y mucho pero mucho más atrás el sueño de ERC de un referéndum en el 2014, Rajoy manda y lo deja bien claro, Catalunya asistirá en los próximos años a varios recortes y en medio, algún que otro retroceso, sea en nombre de ajustes presupuestarios o bajo la excusa que sea el pueblo catalán contemplará impotente lo que es ser gobernado desde Madrid y no precisamente con benevolencia.
Mientras dure el gobierno de Mariano Rajoy al presidente Mas le queda decir: sí Mariano ¡¡a la orden Mariano!!! O dicho más claramente: callar y obedecer en las decisiones macro.
Es lo que hay. Y si a alguien no le agrada, recordar que cada 4 años existe algo que se llama ir a votar y que es la única oportunidad para decirle alto y claro a Madrid qué queremos.
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