Mantener viva una tradición no significa simplemente renovar parte de la misma desde la pasada historia, sino conocer esa tradición.
Por desgracia son detalles que algunos vecinos de la villa desconocen, omiten o pretender dejar en el pasado, algo que considero un error, pues para que la tradición siga viva se deben no sólo conocer sino difundir esos detalles.
Es cierto que al opinar de este tema molesto a determinadas personas que afirman en privado que perjudico su imagen cuando en realidad lo que uno pretende es hacerles simples puntualizaciones, hacerles llegar detalles que podría hacerles llegar en su facebook pero curiosamente cuando solicité amistad me fue negada o ignorada, por tanto asumo que soy para esta entidad persona non grata, algo a lo que me he acostumbrado en esta villa, si piensas u opnas diferente y lo dices en público, eres mala gente y sólo buscas para ellos el desprestigio.
El tema es que se han omitido detalles que para los que de verdad aman, cuidan, preservan y desean mantener viva la llama de la tradición gegantera son no importantes, sino que son vitales dentro de una colla gegantera, entre ellos el lugar donde se fabricaron los mismos, su coste ( cabe destacar que el coste de los gigantes anteriores fue de 500. 000 pesetas), la altura de los mismos,el material con el que se ha fabricado, entre otras cosas.
Nada de esto ha sido publicado ni dado a conocer, en un hermetismo curioso, extraño, pero que pasa inadvertido para algunos vecinos.
Tampoco se ha dado a conocer por parte del ayuntamiento el destino de los viejos gigantes, que sería lógico que fuese el museo Cerdà y que los mismos salieran a las calles de Puigcerdà en determinadas fechas.
Pero además este año los viejos gigantes celebraban algo especial, al menos así hubieran obrado aquellos que conocen y respetan la tradición gegantera, a Cerdana y a Puig les han hecho un feo muy grande este año y como ya ha pasado no tiene solución.
Todo esto me lleva a preguntarme si la nueva colla desea escribir la tradición gegantera desde cero ( si fuese así hay que resaltar que los gigantes actuales no son los primeros que tuvo la villa, sino que son los primeros que Amades documentó gráficamente) o si desean enterrar parte de la tradición gegantera local, pues han pasado por alto varios detalles.
Pertenecer a una colla gegantera es una cosa, otra muy diferente es preservar la identidad de la tradición, pasando la historia de la misma de generación en generación, de momento esto no se está haciendo y espero que luego de este escrito tomen nota y reparen parte de los errores cometidos.
Afirmar en un facebook que los nuevos gigantes están en el entorno de los 50 kilos es poco afortunado tambien, pues aquellos que vivimos y sentimos la tradición sabemos que pesan menos que eso, para ejemplo, los antiguos, fabricados en cartón piedra y de los que no sólo se cuanto costaron sino donde los hicieron, pesan 45 y 48 kilos, mientras que los modernos fabricados en diferente material, más resistente pero sensiblemente más liviano y a no ser que lleven telas por demás pesadas, pesan de mínimo 5 kilos menos.
Ya la fecha importante de los viejos gigantes, la pareja de pagesos de Puig y Cerdana, que por cierto, fueron bautizados el 9 de agosto de 1982, pero tienen nombre desde el 2000, cumplieron 30 años, pero la nueva colla prefirió no hacer nada, seguramente por que en realidad nunca se han ocupado de leer la historia de los gigantes en la villa, más que nada, pero si realmente sintieran la tradición lo sabrían y sabrían que cada lustro vivido por un gigante conlleva un festejo especial.
Tampoco se ha respetado por la actual colla el baile propio que tienen los gigantes de la villa, quizás por que como dije antes, no les interesa mantener según qué cosas, el baile propio tiene, como todos, su nombre y pertenece la música del mismo a Joan Moliner y la coreografia a la colla presidida en aquel entonces por Roser Peñarroja. Y del nombre puesto a la nueva giganta mejor me guardo mi opinión.
A ver si finalmente podemos ver que la tradición de verdad se respeta, se fomenta y se transmite como Dios manda. Por que hasta ahora todo parece indicar que se le da la espalda selectivamente a la tradición gegantera local.
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