Hospital de Cerdanya: hablando de forma políticamente incorrecta.

                                            

De cara a los medios el hospital de la Cerdanya cada día cuenta con más franceses que utilizan este nosocomio, también se habla de mejoras e incluso incorporaciones.

Se podría decir que el proyecto es un éxito, que goza de buena salud…pero ¿qué hay de cierto en todo esto?

El sistema de salud en Cataluña es quizás uno de los mejores del reino de España, no lo pongo en duda, es más, el sistema de salud en España es bueno …y barato para varios “turistas” que visitan Cataluña y otras comunidades para operarse, por ejemplo, lo que todos conocemos como turismo sanitario, vamos.

La pregunta es ¿Cuánta gente sabe o tiene idea de cómo funciona en realidad el hospital de la Cerdanya? ¿tienen idea de porqué faltan pediatras, ginecólogos, traumatólogos?  ¿alguien se animará, luego de leer estas letras a dar su opinión sincera y descarnada de todos los problemas que atraviesan los profesionales catalanes o contratados por el sistema de salud catalana?

En breve sabremos si los franceses aceptan o no continuar con este romántico proyecto.

Quizás la gente no sabe por ejemplo que si un paciente, sea cual sea su patología, si es catalán o español, es derivado por la razón que sea a cualquier otro hospital, ese traslado se efectúa con absoluta normalidad, el galeno que recibe al paciente trasladado desde la Cerdanya es informado de tú a tú entre uno y otro profesional, incluso entre ambos evalúan si es conveniente o no el traslado a ese hospital o si por el contrario, debe ser otro el centro hospitalario que lo reciba, en función del problema que ese paciente presenta.

Luego de concertado esto una ambulancia lo traslada o si el caso es grave será en helicóptero su traslado, en todos los casos el o la paciente es trasladado por una sola unidad.

Este es un solo ejemplo.   Ahora la pregunta ¿alguien sabe cómo es el traslado si el paciente es francés y necesita ser trasladado a Perpignan o Toulose por ejemplo?

El tramite burocrático es a la mar de complicado, el paciente puede ser trasladado hasta en tres vehículos diferentes.   Una ambulancia puede llegar hasta determinado punto geográfico, luego otra la sustituye y así hasta llegar a su destino. 

Un paciente catalán recibe sus `prescripciones medicas correspondientes, pasa por la farmacia que más cerca le queda y listo.   El paciente francés no, en todo sentido se encuentra sujeto a una serie de requisitos del sistema de salud francés, un sistema que por decirlo de forma liviana es como atravesar un laberinto.

Un galeno francés lo tiene ya más que asumido, pero los catalanes se las ven y se las desean para tramitar la parte legal de un paciente francés, por no decir que el paciente tratado llega a su nuevo destino con un informe y poco más, algo muy muy diferente a lo que sucede con Catalunya.   

¿Resultado?  Los profesionales catalanes o afectados al sistema catalán permanecen en un estado de estrés continuo, dado que frente a ellos tienen por una parte a un paciente francés que es diametralmente opuesto al que acostumbran a tratar, en su mayoría el paciente francés no es nada sencillo de complacer.

Luego es el sistema administrativo francés el que termina de complicar el trámite.     Pues…el resultado es: los médicos sean cual sea su especialidad no quieren venir al hospital de la Cerdanya.

No hablemos de gastos, que son sensiblemente más altos en lo que refiere a personal, algo natural, teniendo en cuenta que el salario mínimo francés dobla prácticamente el catalán.

El caso es que la causa de que no tengamos algunos profesionales no se debe a recortes de presupuesto, no, se debe a que trabajar en el hospital de la Cerdanya requiere no sólo vocación sino una paciencia infinita y mucha voluntad.

La salud catalana en la Cerdanya pierde calidad a pasos agigantados, lo puede comprobar sólo con ir a urgencias.   Y ya si hablamos de pediatras, por poner un ejemplo…vaya pensando en ir a Seu D’Urgell o Berga.

Muy bonito todo, muy romántico, pero nada práctico, nada dinámico, con un personal entre la desidia y la apatía, síntomas muy negativos para quienes deben velar por nuestra salud.

Este escrito podría llevar varias páginas y aún así no llegaría a enumerar todas las dificultades que cada día le toca atravesar al personal catalán.   ¿Existen soluciones?

Por supuesto que sí, pero se trata de hablar, de decir lo políticamente incorrecto, de exponer sinceramente los problemas, de buscar mejorar de forma urgente y lo más eficaz posible la comunicación con el sistema francés, no digo tumbar su aparato burocrático sino allanar caminos y dinamizar varios aspectos administrativos.

De lo contrario los problemas más grandes llegarán y lo que ahora es malo de comentar mañana será una crónica de una muerte anunciada.