Días pasados un joven economista de origen ceretano que actualmente reside en Barcelona y que continúa estrechamente ligado a la Cerdanya protagonizó una disertación interesante a la cual por motivos laborales no pude concurrir, pero de la cual pude leer un resumen de la misma en un medio de comunicación.
Dicha nota era la que comparto a continuación, antes de emitir mi punto de vista de la misma:
En sus primeras apreciaciones evidentemente coincidimos, la industria de la construcción es actualmente desproporcionada, feroz e indiscriminada, al punto que habría que poner freno de la misma, por obvias razones, la más pesada es que se están comenzando a cargar campos de cultivo y pastoreo.
Aún así, la construcción es efímera, en algún momento ni los recursos de los POUM serán suficientes para seguir construyendo, eso sin tener en cuenta que el desiquilibrio entre segunda residencia y el sector servicios (entre ellos el de salud, que hay que ver cómo se colapsa el hospital los fines de semana, por ejemplo) es abismal, al final, como dicen muchos vecinos, moriremos de éxito.
Me gustaría recordarle al economista que en el tema del turismo estacional se está trabajando activamente desde hace al menos 2 años, el sector vinculado al mismo a través de su oficina del Consell Comarcal ha llevado y lleva una serie de actuaciones al respecto y los primeros resultados se están comenzando a ver en este 2021.
Ese trabajo por tanto, contribuirá a paliar significativamente el problema y paulatinamente las "lagunas" que se crean en los meses posteriores a la zafra del invierno y verano podrán amortizar esa tasa de desempleo que normalmente se crea, aumentando el grado de profesionalidad en el sector y afianzando la continuidad laboral.
En cuanto a la vivienda, quizás el economista podría tirar de hemeroteca, igual se encuentra con propuestas que en su momento alguna asociación de inmigrantes realizó y que son más que aplicables hoy en día, en todos los municipios de la zona, pero a la cual, de haber estado presente le hubiese agregado nuevas, ya que existen al menos una media docena de nuevas alternativas a las que se presentaron hace ya más de una década por esa asociación de inmigrantes.
Si bien coindimos en que las administraciones deberían abocarse seriamente en la creación de unas alternativas viables y sustentables en la industria agropecuarias y forestales, sin duda alguna, corresponde a los ceretanos realizar su aporte.
En este sentido, no es novedad para nadie que actualmente existen algunas páginas en las redes sociales capaces de lograr convocar, incentivar y llevar adelante una campaña de ideas y proyectos para que esa necesaria transformación en dichas áreas sea posible.
Porque las redes sociales pueden ser buenas para convocar a eventos deportivos o disfrutar de un modo fino del humor y de los acontecimientos locales pero....¿que tal si se aprovechan para poner las neuronas en funcionamiento y entre todos podemos "rescatar" a nuestra comarca de esta trampa turística que gradualmente nos han puesto?
Quizás existen ideas que produzcan no solo puestos de trabajo estables, sino que de forma conjunta logremos paliar y combatir el problema de los residuos, quizás existen ideas para crear fuentes de trabajo estables a través de energías alternativas, quizás se pueden crear puestos de trabajo estables aprovechando nuestra situación geográfica, a través del deporte, pero también de viejas alternativas olvidadas, es que....algunos jóvenes y no tan jóvenes puede que hayan olvidado que la tierra, el campo en concreto, si bien es trabajo duro, también es rentable.
Es ahí donde en parte volvemos a coincidir, pero aquí no existen genios que surgen frotando una lámpara, ambos sabemos que lidiar con las administraciones locales o gubernamentales no es fácil, aunque sí es atractivo si se implica el sector privado, su idea de centros de investigación o deportivos es un punto de partida, aunque quizás la de volver en parte a las raíces también lo sea, si lo hacemos aplicando los actuales avances de explotación agropecuaria mezclada con otras opciones como la lucha del cambio climático.
Podría ser que con un poco de buena voluntad, un poco de ingenio, un poco de abrir la mente, un poco de coraje, de dejar de lado la titulitis, un poco de confianza, un poco de "abrir la cancha", un poco de trabajo en equipo sin ansias de protagonismo (me refiero a ciertos políticos locales oportunistas), se podría avanzar.
En los últimos 2 años el Consell Comarcal ha dado pasos, ha abierto o intentado abrir puertas, sea desde su oficina de turismo como en otras áreas.
Pujol en su disertación sin duda alguna ha contribuido a que más de uno se ponga a pensar.
Y eso es de agradecer, pues demuestra que si bien su actividad profesional se desarrolla en Barcelona, el joven intenta aportar su grano de arena para mejorar la comarca que lo vió nacer, evidentemente, una golondrina no hace verano, pero vaya, al menos marca el norte a seguir.
Cerdanya necesita más jóvenes como Pujol, no hay duda.
Y la sociedad ceretana en su conjunto necesita abrir los ojos, el encanto que hasta ahora caracteriza la Cerdanya está en peligro, basta ver las medidas drásticas pero necesarias que tomaron días atrás algunos ayuntamientos para evitar la masificación en algunas áreas de la montaña, que se ven dañadas seriamente por los turistas.
La industria de la construcción debería ser revisada urgentemente y poner YA un límite, no todo es dinero, no todo puede ser piedra y tejado ¿ o acaso piensan nuestros gobernantes que las vacas comen piedra? Lo digo poniendo un ejemplo: a escasos metros de la frontera, en Puigcerdá, un predio de casi 5 hectáreas, donde actuamente se planta trigo o pastorean los animales está proyectada una urbanización, mientras que al otro costado un centro comercial y más construcción.
Evidentemente, eso beneficia a un par de familias de esta localidad y temporalmente crea varios puestos de trabajo.
Pero alimenta y acrecenta la trampa turística a la que hace referencia Pujol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario