Era más que previsible que el actual alcalde de Puigcerdà no aceptara asumir la responsabilidad del cargo de presidente del Consell Comarcal de la Cerdanya, surgido de un pacto vergonzoso y ruin, que va contra la ética (inexistente en este caso) política.
Las razones van más allá de pertenecer a un partido que ha dejado de tener representación en la Generalitat, van más allá de que al menos temporalmente sea un político que a nivel gobierno ha perdido todo peso, al que le queda por un tiempo limitado, su cargo como diputado en la provincia de Girona.
Cargo que no ostentaría si se tuviera que ganarlo en las urnas, pidiendo el voto y ganándoselo a través de una propuesta de gobierno. Otro producto más de esta maquinaria dedicada a alimentar un ejército de más de 500 mil políticos en este país.
Pero regresemos al tema de porqué no asume la presidencia del Consell.
No es sólo por temas políticos, de que su partido esté ahora mismo en pleno desierto y con todas las papeletas para desaparecer como tal.
Eso sería lo mínimo.
En realidad Piñeira no tiene un pelo de tonto, sin el apoyo de su partido no tiene influencias suficientes para inclinar la balanza a su favor.
Y en el Consell no dispone de 9 regidores que se presenten a un pleno sólo para hacer acto de presencia, calladitos mientras él es amo y señor de la palabra.
En el Consell no tiene mayoría absoluta ni mucho menos. Y la presidenta saliente ha dejado un listón tremendamente alto, un gobierno de 2 años que ha marcado un antes y un después en la política comarcal, dejando marcado con hechos y no con palabras un estilo de gestión digno de felicitar.
Piñeira allí no puede tirar de esa herencia, como mucho podría seguir la línea marcada, allí no puede tomar represalias ni practicar un moobing discreto pero duro contra aquel que no comulgue con sus ideas y accionar.
En el Consell sus pasos estarían más que controlados, no puede, como vulgarmente se dice, vestirse con ropa ajena, como lo ha venido haciendo en sus mandatos.
Porque reconozco que si su primer gobierno tuvo algo de exito fue porque Planella dejó varias obras encaminadas, porque si fuese por su plan de gobierno... humo y más humo (se puede comprobar cómo repite varios puntos en sus 3 legislaturas).
No podría disponer así como así a la hora de gastar dinero, ni de beneficiar a sus amigos, ni mucho menos de poner a sus fieles con nóminas "por dedicación".
Allí tendría que demostrar su capacidad de gestión.
Y es precisamente lo que le falta. Capacidad de gestión, transparencia en la misma, ideas, propuestas, iniciativas. Piñeira sabe bien, pero que muy bien que allí sería su tumba politica absoluta.
Como diputado es verdad que ha conseguido numerosas subvenciones para Puigcerdà y para la comarca....eso era antes...ahora sin poder, sin influencias, sin representantes en el Gobern....está más perdido que Adán en el día de la madre.
Así que le pasa la patata caliente a otro, por obligación política sí, pero sobre todo porque más allá de que le gusta el poder, sabe que es imposible realizar una gestión que lo haga destacar.
Le queda grande, enorme, el cargo, él lo sabe y da gracias a Dios que la coyontura actual le permite salir airoso de una situación que de otra forma lo pondría en dificultades e incluso en ridículo.
Una pena que la presidenta actual abandone su cargo. Si hubiese podido cumplir el total del tiempo establecido las diferencias habrían sido mayúsculas.
No soy simpatizante de ERC, pero cuando las cosas se hacen bien, hay que reconocerlas.
Roser Bombardó deja un cargo con un listón alto, se puede marchar orgullosa del mismo.
Piñeria suspira aliviado al no asumir un cargo que había pactado.
La suerte que tienen lo audaces. Cosas de la vida. Porque hubiera sido más que bueno verlo en acción para ver la diferencia entre un cheque en blanco del que usa y abusa y el tener que "gobernar" con las cartas a la vista.
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