viernes, 16 de septiembre de 2022

Y “el flaco” nos vendió humo

 


Confiamos en él por juventud, cercanía, (supuesta) preparación y porque se necesitaba un cambio…y vaya si se produjo un cambio, lento, pero paulatino, destructivo, de un retroceso al comienzo imperceptible en muchas facetas de la villa, pero que al paso de 11 años es tan evidente que lastima.

Triplicó los gastos de su equipo de gobierno con la misma velocidad que aumentó la burrocracia, la ineficiencia y una increíble forma de improvisación digna del libro Ginnes de los récords.

Y Puigcerdà se sumió en un retroceso tan enorme que hoy hasta sus más allegados reconocen el lastimoso estado en que se encuentra la otrora villa con encanto.

Albert Piñeira puede ostentar en su CV de haber ganado 3 elecciones por mayoría absoluta…de la misma forma que puede admitir que ha sido el gobernante que más  ha colaborado para que Puigcerdà posea actualmente el récord en mala gestión (que no existe, pues no gestiona, improvisa), récord de promesas incumplidas y de cambios de rumbo.

El ejemplo, por poner sólo uno, la academia del lago, a la cual en 11 años le ha otorgado 4 destinos diferentes y que actualmente se encuentra en un estado cercano a la demolición.

Propuestas basadas en maquillar y adecuar la villa a los veraneantes o turistas, pero jamás o casi nunca en sus vecinos.

Jamás puso en práctica la política de cercanía a sus vecinos, a no ser para ser fotografiado estratégicamente junto a unos abuelos a los que se ha encargado sistemáticamente en humillarlos y esconderlos, sin pensar que él mismo en un futuro no muy lejano será también miembro de la tercera edad.

Compró una parte de un casino que apenas le da uso cuando las bases de la sociedad que lleva ese edificio marcan que el Ayuntamiento tiene derecho al uso del mismo 130 días al año…y no dice que a esa inversión nada inteligente ahora habrá que sumar unos 370 mil euros en dejar las instalaciones en condiciones.  (ampliaremos en otros posts este tema)

Sólo se habló algo del apoyo al comercio de la villa en su primer mandato, hoy por hoy parece que la vida comercial de Puigcerdà goza de excelente salud…hasta que gracias a su brillante gestión se construya el centro comercial en la zona de camino de La Pedragosa.

Prometió construir pisos de protección oficial.   Ni se ven ni se esperan a corto plazo.  Los últimos se construyeron hace ya más de 12 años bajo el gobierno del anterior alcalde..

Prometió ampliación de camas en el antiguo hospital.  Ídem.   Prometió paseo fluvial. Más ídem. Prometió más zonas verdes en zonas de Puigcerdà que tampoco cumplirá.

Prometió terminal de buses y hasta convocó rueda de prensa anunciando su construcción inminente en el 2012.   Más ídem, más humo, más bla bla.

Prometió tantas cosas que a lo largo de los próximos meses iré haciendo memoria y que espero que en las próximas municipales los vecinos tengan en cuenta las innumerables promesas que ni cumplió ni cumplirá.

Y ya mejor ni hablar del derroche de dinero público en obras que sí ejecutó y que es dinero quemado, tirado a la basura.    Fortunas gastadas en ascensores que ahora milagrosamente y de forma muy ocurrente son obsoletos.

Con la colonia inmigrante apostó por una sola colonia, destratando, ignorando, manipulando y humillando sistemáticamente al resto, con alguna excepción puntual de mirar hacia otro lado con alguna en concreto, pero desoyendo al resto.   Mintiendo en la elaboración de un plan de inmigración en el cual JAMÁS consultó a las asociaciones.

“El flaco” falló, su preparación es más menos la misma que el doctorado de Pablo Casado o la Cifuentes, me remito a los hechos, porque su gestión ha sido un verdadero desastre.

Los inmigrantes no seremos nacidos aquí, pero tenemos muchos de nosotros raíces, hijos y nietos que sí nacieron aquí, mientras que muchos de nosotros, sin renegar de nuestros orígenes decimos “uno no es de donde nace sino de donde escoge vivir”.

Y nosotros escogimos Puigcerdà, ahora, visto que “el flaco” nos ha fallado, no como inmigrantes sino como nuevos vecinos de Puigcerdà, sentimos que es hora de “dir la nostra” a través de las urnas.   En eso estamos.   Y no le quepa duda que hablaremos.

No para beneficio de inmigrantes. NO.   Puigcerdà está por encima de banderas e ideales, trabajaremos codo a codo por una Puigcerdá pujante, solidaria, limpia, segura y con planes de futuro, pero, ante todo, para arreglar lo antes posible el estado calamitoso que hoy está. 

Porque “el flaco” vendió humo y bien.  Pero se le acabó la fiesta, que, por cierto, la factura por dejarnos sin multicultural se la pasamos en las próximas municipales, que no lo dude, y será con intereses de usura.  El que avisa no es traidor.

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