Organizar un torneo sin contar con las medidas básicas de
seguridad es no solo una tremenda irresponsabilidad, sino una verdadera
temeridad.
8 equipos de 10 jugadores cada uno, a 10 euros por cabeza,
800 euros de recaudación.
Jueces contratados 0
Seguros contratados 0.
Gastos en medallas a 0.85€ por medalla (pongamos 100
medallas, elegimos de las más caras para el ejemplo) 85€
1 funda de cervezas de 24 unidades por equipo 26€
1 funda de lata de refrescos por equipo 22€
Alquiler de campo de fútbol 0€
O sea…8 fundas de cerveza 208 euros, más 8 de refrescos 176
euros, más 85 euros de medallas. Lo que hace una suma de: 469 euros.
Un lesionado por esguince = una semana de baja sin percibir
salario.
Y la fortuna inmensa que la pelea entre dos de los equipos
pudo sofocarse sin que se llegase a mayores, aunque esto puede suceder en
cualquier torneo, aún de primera división.
Las quejas y malestar generalizado por la absoluta falta de
organización marcaron el torneo
¿Que se hizo por motivos económicos el torneo? Lo dudo mucho. ¿Ansias de protagonismo? Pues es una posibilidad bastante
probable.
Queda eso sí, MUY CLARO que la persona que convocó, sin
ningún tipo de respaldo, entre otras cosas, se ha saltado la torera en muchos
aspectos legales, pero sobre todo, de seguridad y de un mínimo de seriedad en
un torneo caótico, falto de organización.
Y es que la ignorancia es mala compañera de viaje. No es lo mismo contar con la logística de un
ayuntamiento, ni con el respaldo del mismo en los pequeños grandes detalles,
queda claro que cualquiera con 3 contactos en el móvil hace una convocatoria pues
las ganas de deporte están más que evidenciadas, eso no es poder de convocatoria,
eso es sólo aprovechar unos pocos y concretos contactos que quedan luego de colaborar
en un torneo oficial y con las mínimas garantías, pero garantías al fin.
Queda claro que a quien convocó le sobra hambre de
protagonismo pero le faltan siglo de experiencia, de respeto a quienes convoca,
ya que le ha importado un pepino su integridad física.
La seriedad tampoco estuvo en la cita deportiva, “jueces” de
los mismos equipos, con mucha voluntad sí, pero (dicho y afirmado por numerosos
participantes del torneo) sin ningún conocimiento arbitral.
La trifulca evitada por los pelos entre dos de los equipos
participantes es sólo una anécdota, pero es al mismo tiempo un toque de
atención para torneos venideros.
La temeridad al “organizar” el torneo deja claro que la principal
impulsora del mismo es incapaz de liderar ni organizar nada que escape a su
entorno de bailes o fiestas tradicionales, pero recalcar de SU entorno.
Y, por último: una vez más, haciendo las cosas “a escondidas”
no es como se demuestran las ¿capacidades?, donde no hay, no hay. No basta que una regidora “recomiende” a
alguien, se puede tener capacidad de trabajo, pero eso no basta, hay que tener
la azotea amoblada, hay que tener verdadera capacidad de liderazgo, sobre todo,
tener mente abierta y sentido democrático, estas últimas dos cualidades brillan
por la ausencia, eso se trae o no se trae de “fábrica”. En esta tierra los métodos masistas no son
aplicables.
Por eso,organizar un torneo no es para cualquiera. Repito, donde no hay no hay. Y demos gracias a Dios que sólo hubo un esguince,
que si es una fractura…a ver con qué responden.
Tomemos nota señores, pasar un buen momento en un “picadito”
es una cosa. Tres partidos en apenas horas es una salvajada
propia de alguien que no muestra el mínimo de respeto por sus vecinos, compañeros
y coterráneos. Y encima como “premio”
una medallita y dos latitas.
Encima, para rematar, luego de entregar medallas y demás, la
brillante ocurrencia de que…”de aquí a un mes seguimos, porque ahora el tiempo
no ayuda” …no se si reír o llorar.
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