El pasado martes se celebró un pleno en el Ayuntamiento de
Puigcerdà.
Del mismo podemos resumirlo en un gobierno dominado por la inacción
y lo más preocupante: lo muy oscuro de una gestión que de momento sólo tiene
como beneficiarios a los componentes de la coalición.
Los miembros de Junts con un alcalde prácticamente
desaparecido (podríamos decir un alcalde florero o de paja) y unos socios
producto de la lista de marca blanca liderados por Armengol.
En teoría algunos de los regidores dicen estar dejando la
piel en su dedicación del 50% y el de 80% puede decir que trabaja 24/7.
Pero el caso es que los habitantes de Puigcerdá contemplamos
una villa sumida aún más en la decadencia, el abandono y en muchos casos, el
caos, tanto organizativo como de mantenimiento.
Podríamos comprender que las cosas del palacio van despacio,
podríamos soñar que poco a poco las cosas se situarán en su lugar e irán mejorando
paulatinamente, pero por desgracia sería una utopía.
Una de las promesas del “hombre de la sacudida” era NI BIEN
ASUMIR EL GOBIERNO, aplicar una auditoría externa. Pues va a ser que no. Ahora resulta que como mucho “según las
leyes” podríamos asistir a una auditoría parcial y por supuesto, NO EXTERNA.
Resumiendo: asistiremos a una pantomima.
A esto tenemos que agregarle la gravedad que genera la total
falta de transparencia del actual gobierno.
Y es curioso, porque ambas partes de la coalición en su campaña electoral
fueron llamativamente diestros en lo relativo a comunicación instantánea (streaming)
y ahora resulta que no poseen ni los conocimientos ni los medios para compartir
los plenos, ni en directo ni grabados y compartidos posteriormente.
Por esa razón no podemos acceder a la información que tienen
la obligación de hacerla pública, por eso este actual gobierno es ejemplo de
oscurantismo y también de inoperancia.
Es además preocupante el hecho de relegar por segunda vez en
60 días al 30% de sus vecinos, podríamos señalar esto como una clara
demostración de inmigrafobia, pero en este caso será sólo cuestión de tiempo
pasar factura, intereses incluidos, de eso que no tengan dudas.
Y las sombras se acentúan cuando las excusas son tan
ridículas y tan falta de argumentos que la sensación de que nos toman por
personas de escasa materia gris llega al punto de convertirse en indignación.
Lo bueno es que vivimos en una época donde el acceso a la
información REAL es posible, aunque uno pueda tener que tomarse un tiempo. Afortunadamente, el que posee información
real es quien tarde o temprano puede ejercer presión y por otro lado señalar
sin que le tiemble el pulso, a quien sea y llamarlo mentiroso.
Algo que en varias cosas que están pasando en el
ayuntamiento tiene grandes posibilidades que pase y con sus oportunas y
merecidas consecuencias. De la misma
forma pasaría que, de ser real los argumentos y las excusas, asumir el mea
culpa y aceptar públicamente esa realidad.
Por desgracia, todo apunta a que nos espera un gobierno con
excusas para todo y soluciones para prácticamente nada. Lo opaco de su gestión así lo señala. Y el sólo hecho de que no se lleve
adelante una auditoría externa es para reafirmar que así será.
Son dos meses de gestión, podemos estar cayendo en aquello
que las apariencias engañan.
Pero los hechos no.
Y en 2 meses el hombre de la sacudida ha incumplido 2 promesas
elementales. Y el alcalde de paja tal y
como dije, está de adorno, simplemente es nominal, detrás de bambalinas se
limita a cumplir órdenes.
Qué diferencia…en los primeros días de mandato supuestamente
compaginaba su labor de traumatólogo con la de alcalde, ahora, de casualidad si
se le ve.
Lo dicho, Puigcerdá; entre el oscurantismo y su inacción.
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