El gobierno de Piñeira se caracteriza por repetir promesas electorales, de eso no hay duda alguna.
Durante sus tres gobiernos varias de las promesas se han reiterado en sus programas, entre ellas la por fin inaugurada oficina de Policía Local, o la construcción de un parking "céntrico", que no dió a conocer en su primera legislatura, principalmente porque ni él sabía dónde lo podría construir, alguna idea tenía, como la de construirlo en parte de los patios del instituto, algo que su antecesor intentó sin éxito, lo mismo que le pasó a él.
El caso es que acaba ampliando el parking del convento o museo, en 50 plazas y con un nuevo proyecto posterior, la intención era ampliarlo más plazas.
Nada de esto ha sucedido, ni se han culminado las obras de 2016 ni se ha regulado el tiempo de estacionamiento ni se han presentado públicamente proyectos de una nueva ampliación.
Los resultados los tenemos bien a la vista, la parte cubierta del parking completa contínuamente en un 95% por vecinos que han hecho del parking su aparcamiento particular, algunos hasta con 3 vehículos, otros con 2 (en algunos de estos casos, comerciantes de la zona, o empresas) y ni siquiera los daños sufridos en varios coches en los meses provocó temor entre las decenas de vecinos que allí aparcan de forma permanente todo el año.
Cuando varios coches sufrieron serios daños por actos vandálicos, se pudo saber ¡¡¡¡Oh sorpresa!!! que las cámaras de vigilancia allí instaladas no funcionan.
5 años esperando que se regule el tiempo de estacionamiento, que sea algo justo para todos, tanto turistas que gastan en el pueblo como vecinos que luego de su jornada laboral necesitan un sitio donde dejar sus vehículos.
65 meses donde muchos propietarios de garajes particulares se han visto perjudicados económicamente gracias a una inexistente gestión municipal. Es que son numerosos los vecinos que allí dejan sus coches, eso, calculadora electoral en mano igual significa un par de regidores.
Y no hablemos del parking frente al instituto, dejadez, suciedad, ausencia de gestión y un largo etcétera.
Puigcerdà en estos últimos años ha caído en la dejadez, en el olvido, en la falta de mantenimiento y en la indiferencia municipal que sólo reacciona cuando las redes lo ponen en evidencia, parcheando el problema o sacando a relucir viejas promesas electorales que se reiteran campaña a campaña.
En esos programas electorales no les cuentan a sus vecinos que los gastos del equipo de gobierno se multiplican. Eso no.
Los vecinos de Puigcerdà por desgracia, en su mayoría, pasan de todo, en ocasiones porque sencillamente lo ven normal, otros, varios, porque si protestan luego el gobierno municipal les pasa factura, sea en moobing laboral de algún pariente directo, sea en complicarles la vida en trámites municipales, o indirectamente entre los muchos que toman represalias empresariales "casualmente" con esos que se atreven a protestar.
Es que el guante blanco y elegante se utiliza y vaya si se utiliza en este gobierno municipal.
Las imágenes hablan por sí solas, la dejadez es brutal, las obras del 2016 no se acabaron, las plantas techadas están siempre llenas por coches que no se mueven por meses y el ayuntamiento sigue de promesa en promesa.
Por si alguno tiene dudas que hace 5 años que se "inauguró"....5
Puigdemont, víctima del ansia inaugural, “estrena” un aparcamiento inacabado Por cierto, noticia que no verán colgada en el dossier de prensa de la biblioteca municipal/comarcal.
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