Las elecciones, sean cuales sean, siempre traen consigo ese
interés repentino por parte de los candidatos de turno y por supuesto, la
proliferación de obras y arreglos por doquier, al menos en las municipales.
Puigcerdà no escapa a esta situación.
De los actuales candidatos sólo uno lleva dando el callo
hace 8 años, el resto al menos en los últimos 4 años NUNCA se ha preocupado por
el estado de la villa, ni por su seguridad, ni por el abandono, ni por los
abuelos, ni por nada de lo relacionado con lo que hoy aspiran a gobernar.
No se les escuchó ni se les leyó ni se les vio en las redes ni
en las calles aportando nada para Puigcerdà, para nada. 3 de ellos sin duda aprobaban -y aprueban-
la gestión municipal.
Gobernar por el bien común está muy bien, sobre todo si se
hace desde la vocación de servicio, desde la responsabilidad y, sobre todo,
desde el interés común.
2 de esos candidatos al menos han mostrado empatía por el
tema de los abuelos.
3 de esos candidatos, todos provenientes de la ex
Convergencia, en los 12 años de gobierno de Albert Piñeira JAMÁS se mostraron
contrarios a la ¿gestión? que llevó a cabo durante 3 legislaturas, sin embargo,
2 de ellos de forma extrañamente repentina, sí.
Pero es un interés convergente selectivo y sobre todo sin
una sola crítica a los 12 años de gobierno piñeirista. Uno de ellos dando las gracias sobre ese
gobierno y poniendo toda la carne en el asador. Sin embargo, es justo el que más sombras
tiene.
Por las calles, plazas, bares y reuniones de amigos o
vecinos, siempre se corren rumores de lo que se esconde detrás de algunas candidaturas,
que no son precisamente comunales sino personales, quien sabe qué hay de verdad
y qué de mentira en ello.
Tanto son de fuertes esos rumores que se habla de uno de los
candidatos en litigio contra el ayuntamiento.
Quien sabe qué puede haber de cierto, en mi tierra dicen que cuando el
río suena piedras trae.
Lo que sí es real es que existe un sentimiento generalizado
es que el interés es zafral, en su mayoría personal y no colectivo. Y es algo que cada día que pasa, se materializa
más.
Ser candidato/a puede ser sinónimo de valentía y compromiso,
sin duda. Pero en casi todos los casos
de los que se presentan en Puigcerdà, sólo 2 reúnen las condiciones más o menos
aceptables o que se acercan mínimamente a lo que los vecinos esperan de un
candidato.
3 de esos candidatos ya lo han sido antes, sólo uno de ellos
ha “picado piedra”, los otros dos se despreocuparon luego de la “zafra electoral”
y curiosamente, perdieron todo interés por lo que pudiera pasar en la villa
durante el resto de la legislatura.
Mal lo tiene Puigcerdà en las próximas elecciones
municipales. Los 3 ex convergentes
sin duda pueden sumar varios votos, pero la sombra del continuismo es una loza
pesada, sobre todo teniendo en cuenta que ninguno de ellos cuestionó ni
cuestiona la pobre actuación municipal de Piñeira. Y 4 años más bajo el mismo humo nos puede
acabar de hundir…
Se habla de los primeros 4 años de gobierno, donde se hicieron
cosas, pero nadie parece tener en cuenta que lo que se hizo fue terminar cosas
que dejó pendientes el anterior alcalde.
En 12 años sólo se puede destacar una nueva oficina de policía
y una plaza. Y ahora, de prisa y
corriendo un mamarracho de obra en Av. Pirineus, donde todo apunta que será de
un solo sentido entre Av. Cataluña y la Plaza de la estación.
Aún no se conocen los distintos programas, sólo lo básico
que los 4 o 5 candidatos pondrán encima de la mesa, que es lo que todos quieren
oír, seguridad, limpieza y el problema de la vivienda, justo una de las
promesas incumplidas por 3 legislaturas por parte de Piñeira.
La clave será entre otras cosas el programa electoral. Y tener la virtud de diferenciar entre un
candidato continuista y uno que de verdad quiera trabajar por y para Puigcerdà
y no por sus intereses personales. No
todo lo que brilla es oro.
Y cuidado, que la cifra de candidatos puede ascender a
6. Pueden escoger entre lo menos malo o
entre una opción a un cambio real a esa temida continuidad que es lo más
posible que suceda, por desgracia. Y Puigcerdà
no se puede dar el lujo de seguir hundida en la decadencia.
Yo de momento les diría…cuando la limosna es grande hasta el
ciego desconfía. Veo dentro de estas
candidaturas a lobos disfrazados de cordero.
Y porqué no, gente que va en las listas que su preparación igual no pasa
siquiera de primaria, vale que en algunos países sudamericanos algunos
presidentes apenas si pasaron primaria y sin embargo…
Puigcerdà es pequeño pero la velocidad en que se conocen ciertos
detalles es alarmante. Infórmese
vecino. Puede que se entere que
algunos de los candidatos tenga muchos intereses personales y muy pocos a nivel
de los vecinos. Y conste, hablo en
plural.
Ya volveremos a tocar el tema.
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