Joan Manel Serra y su equipo ganaron las municipales de
Puigcerdà y les toca negociar un posible gobierno “híbrido”, decidir entre el
continuismo, el amiguismo, el enchufismo, el revanchismo y la mala forma de
hacer política o un empresario y su equipo que deberá aceptar 5 condiciones básicas
para poder comenzar a cimentar el cambio imprescindible en Puigcerdà.
Gassió representa el continuismo puro y duro. Representa el revanchismo y el estás conmigo
o en mi contra. Representa, defiende y
trabaja para una fuerza política que tiene como bandera el clientelismo político
como motor y alimento para que unos pocos ejerzan poder y otros menos se
beneficien del mismo.
Representa y hereda 12 años de desgobierno, de
improvisación, de involución de nuestra villa.
Y no solo lo representa, sino que lo defiende con orgullo,
sea por disciplina partidaria o sea porque le debe a su partido (que por más
que cambie de nombre y se envuelva en la bandera del independentismo es el mismo
partido del 3% y de la corrupción demostrada entre otros, por Laura Borrás)
representa todo aquello que la democracia rechaza.
Jordi Gassió puede tener vocación de servicio, pero no
principios, porque de tenerlos habría condenado públicamente el trato ejercido
a los abuelos de la villa, habría manifestado vergüenza por el lamentable
estado que se encontró la villa en los últimos años.
Habría pedido perdón por el dinero malgastado en la reciente
“recuperación” o “baño de alquitrán” que se hizo en la villa y ahora tienen que
reparar todas las arquetas, pues, como ya es costumbre, comenzaron la casa por
el tejado, o el FIASCO de la Av. Francia.
Demasiados episodios de perdón que ni entonó ni
entonará.
Por las razones expuestas y por decenas más, este señor no
se merece tan siquiera la consideración de pensar en él y su equipo para co
gobernar Puigcerdà, en 12 años y con mayoría absoluta no lo supieron hacer ¿Se
les va a conceder aún más tiempo? No se lo merecen, Puigcerdá no se merece más
continuismo.
Un empresario y varias dudas es la otra opción.
Francesc Armengol y su equipo es la otra opción para un
posible pacto.
Pero la cosa tampoco está fácil. Antes Armengol debería cumplir con al menos
5 puntos básicos que los acerque a ese posible acuerdo.
Y claro, existe una tercera opción: el pacto Armengol/Gassió,
lo cual sería para la mayoría de los vecinos de la villa visto como un acto de
traición en toda regla.
Si bien existe afinidad en principios e ideales entre
Armengol y Gassió, lo que en la lógica debería ser motivo más que suficiente
para un rápido acuerdo, sería la tumba política de ambos, más allá de si lo
hace bien o mal durante el mandato, ni uno ni otro a partir de ese momento
merecerían un ápice de confianza ni credibilidad, luego de lo que pudimos ver y
escuchar durante la campaña de las municipales.
Un acuerdo de gobierno entre ERC y Futur es lo que algunos
pueden catalogar como un mal menor, mientras que, por mi parte, mi humilde
opinión, podría ser lo más beneficioso para Puigcerdà y sus vecinos.
Sobran los motivos de mi parte para realizar esta
afirmación. Y sólo me voy a centrar en la villa, en Puigcerdà para esgrimir
apenas unos pocos.
Ambos partidos exigirían una auditoría externa. Ambos partidos sí que tienen la voluntad
genuina de cambiar Puigcerdà, ambos equipos, uno con más conocimiento que el
otro, pero ambos, llevan en sus programas puntos interesantes que cambiarían
desde el primer año de mandato, el estilo de gobernar y ambos han prometido
transparencia.
Ambos tienen un programa creíble y sin promesas de 3
legislaturas sin cumplir. Ambos tienen
una visión y equipo con “hambre” de hacer las cosas bien lo cual los llevaría a
dejarse la piel por hacer las cosas bien pues ambos querrán la mayoría absoluta
que les garantice un segundo mandato que les permita consolidar el plan de
gobierno.
¿Qué Serra y Armengol son antagónicos? Es verdad, lo
son. Capital contra clase obrera. Agua y aceite. Pero los polos opuestos se atraen, tienen
mucho por ganar si hacen las cosas como Dios manda.
Si me tocase decidir, evidentemente habría líneas rojas,
pero también otras innegociables, como revisar muchas “zonas oscuras” del
ayuntamiento, contratos, patronatos, en especial el de la fundación del
hospital, personal del ayuntamiento, también con varios sectores a examinar
desde el minuto cero…vivienda, por ejemplo, que tiene más quejas que granos de
arena tiene una playa.
Puigcerdà tiene mucho por ganar si existe un acuerdo entre
estas 2 formaciones y mucho por perder si Gassió forma parte del gobierno
municipal. Para destapar toda esa
barométrica creada en estos 12 años o se cambia de verdad o estaremos condenados
a 4 años más de oscurantismo y tratos de favor para ciertas personas y el resto…a
esperar que dentro de 4 años le dejen bien maquillado el pueblo y sería el cuento
de las mil y una noche.
La dignidad no se pacta ni se negocia. La honradez menos y en este caso no se habla
de que “metieron la mano en la lata”, sino de que ser honrado es gobernar para
todos y no solo para unos pocos.
(Recordar entre otras cosas, 11 años de culto evangélico en el museo,
para pagar “favores en forma de votos”) y eso es sólo un ejemplo.
Para recuperar Puigcerdà y su encanto, para recuperar la
senda del crecimiento y la importancia de la villa o se toman decisiones arriesgadas,
pero con muchas posibilidades de éxito, o se sigue la senda del continuismo, y
esto último sería traicionar los vecinos.
Y eso sólo hablando de Puigcerdà.
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